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El obrero modelo
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conocido jamás, y el modelo para cada obrero cristiano misionero.
El conocía la palabra correcta que hablar a cada sufriente, y no
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solamente hablaba lo que traía sanidad al cuerpo, sino convicción al
alma e iluminación espiritual. El llevó el conocimiento de sí mismo
y de las principales necesidades del alma a los que lo buscaban.
Los discursos de Cristo, eran la explicación espiritual de su
ministerio para los afligidos.—
Medical Ministry, 194
.
No sólo sermoneaba
—Cristo es el ministro Modelo. ¡Qué direc-
tas y al punto, qué bien adaptadas al propósito y las circunstancias,
eran las palabras de Cristo! ¡Cuán claras y convincentes eran sus
ilustraciones! Su estilo, se caracterizaba por sencillez y solemnidad.
Mediante las enseñanzas de Cristo, no hay nada que justifique el
uso de anécdotas humorísticas, por parte del ministro en el púlpito.
Las lecciones de Cristo debieran ser cuidadosamente estudiadas, y
los temas, maneras y formas de discursos, debieran ser modeladas
conforme al Modelo divino. Un despliegue de oratoria, una retórica
ostentosa, y un porte refinado no constituyen un buen discurso...
Cristo no sermoneaba como hacen hoy los hombres. Usando tonos
intensamente fervientes, les daba seguridad de la vida venidera, del
camino de salvación.—
The Review and Herald, 23 de junio de 1891
.
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