Página 101 - El Evangelismo (1994)

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La organización de las reuniones evangélicas
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La organización en grupos misioneros
—En nuestras iglesias
deben organizarse grupos para el servicio. En la obra del Señor
no ha de haber ociosos. Unanse diferentes personas en el trabajo
como pescadores de hombres. Traten de recoger a las almas de la
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corrupción del mundo y conducirlas a la pureza salvadora del amor
de Cristo.
La formación de pequeños grupos como base de esfuerzo cris-
tiano, es un plan que ha sido presentado ante mí por Aquel que no
puede equivocarse. Si hay un gran número de hermanos en la iglesia,
organícense en grupos pequeños, para trabajar no solamente por los
miembros de la iglesia, sino por los no creyentes también.—
Boletín
de la Unión Australasiana, 15 de agosto de 1902
.
Como una compañía de soldados bien ejercitados
—Los pas-
tores deben amar el orden, y deben disciplinarse a sí mismos, y
entonces podrán disciplinar con éxito a la iglesia de Dios, para ense-
ñarle a trabajar en forma armoniosa, como una compañía de soldados
bien ejercitados. Si la disciplina y el orden son necesarios para el
éxito en el campo de batalla, tanto más necesarios son en la guerra en
la cual estamos empeñados, cuanto el objetivo que ha de ser ganado
es de mayor valor y de más elevado carácter que el objetivo por el
cual las fuerzas opositoras contienden en el campo de batalla. En el
conflicto en el cual estamos empeñados se hallan en juego intereses
eternos.
Los ángeles trabajan armoniosamente. El orden perfecto caracte-
riza todos sus movimientos. Cuanto más estrechamente imitemos la
armonía y el orden de la hueste angelical, tanto mayor éxito tendrán
los esfuerzos de estos agentes celestiales en nuestro favor.—
Carta
32, 1892
.
Relación del evangelista con el pastor
Se necesitan evangelistas y pastores
—Dios pide evangelistas.
El verdadero evangelista ama a las almas. Sale a cazar y a pescar
hombres. Se necesitan pastore
—pastores fieles—que no halaguen
al pueblo de Dios ni lo traten con aspereza, sino que lo alimenten
con el pan de vida.
Véase
también las, 254-257
, “Evangelismo pastoral”.