Falsas nociones de santificación
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poca influencia sobre él. Satanás dominó su mente y ocasionó graves
daños a la causa de la verdad en el norte de Wisconsin.
Sus frutos
Esta teoría de la santificación que la Hna. G*** recibió del pas-
tor K***, y que ella procuró seguir, es la que la ha arrastrado a
este terrible fanatismo. El Pastor K*** ha aturdido y confundido a
muchos con esta teoría de la santificación. Todos los que la abrazan
pierden en extenso grado su interés por el mensaje del tercer ángel y
su amor hacia él. Esta opinión de la santificación es una teoría que
parece muy hermosa. Blanquea las pobres almas que están en las
tinieblas del error y del orgullo. Les da apariencia de buenos cristia-
nos, dotados de santidad, cuando sus corazones están corrompidos.
Es una teoría que proclama paz y seguridad, que no saca a luz el
mal, ni reprende los yerros. Cura superficialmente las heridas de la
hija del pueblo de Dios, proclamando paz, paz, cuando no hay paz.
Hombres y mujeres de corazones corruptos se arropan con el manto
de la santificación y son considerados como ejemplos del rebaño
cuando son agentes de Satanás, que él usa para engañar a las almas
sinceras y atraerlas a una senda desviada, de modo que no sientan la
fuerza y la importancia de las verdades solemnes proclamadas por
el tercer ángel.
El pastor K*** ha sido considerado como un ejemplo, mientras
que perjudicaba a la causa de Dios. Su vida no ha sido sin culpa. Sus
caminos no han estado de acuerdo con la santa ley de Dios, ni con la
vida inmaculada de Cristo. Su naturaleza corrompida no está subyu-
gada; y sin embargo, se espacia mucho en la santificación, y con ello
engaña a muchos. Me fueron mostradas sus labores pasadas. No hizo
entrar a las almas en la verdad, ni las estableció en el mensaje del
tercer ángel. Presenta una teoría de la santificación como asunto de
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la mayor importancia, mientras que da poca importancia al conducto
por el cual se recibe la bendición de Dios. “Santifícalos en tu verdad:
tu palabra es verdad.”
Juan 17:17
. No considera la verdad presente,
que es el conducto, sino que la pisotea. Los hombres pueden cla-
mar: “Santidad, santidad; santificación, santificación; consagración,
consagración,” y sin embargo, no tener más experiencia de lo que
mencionan que el pecador con sus propensiones corruptas. Dios no