Página 190 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
habitual de carne. El comer carne trastorna el organismo, anubla el
intelecto y embota las sensibilidades morales. Os decimos, amados
hermanos y hermanas, que la conducta más segura para vosotros
consiste en dejar la carne.
El consumo de té y café perjudica también el organismo. Has-
ta cierto punto, el té intoxica. Penetra en la circulación y reduce
gradualmente la energía del cuerpo y de la mente. Estimula, excita,
aviva y apresura el movimiento de la maquinaria viviente, imponién-
dole una actividad antinatural, y da al que lo bebe la impresión de
que le ha hecho un gran servicio infundiéndole fuerza. Esto es un
error. El té substrae energía nerviosa y debilita muchísimo. Cuando
desapareció su influencia y cesa la actividad estimulada por su uso,
¿cuál es el resultado? Una languidez y debilidad que corresponden
a la vivacidad artificial que impartiera el té. Cuando el organismo
está ya recargado y necesita reposo, el consumo de té acicatea la
naturaleza, la estimula a cumplir una acción antinatural y por lo
tanto disminuye su poder para hacer su trabajo y su capacidad de
resistencia; y las facultades se agotan antes de lo que el Cielo quería.
El té es venenoso para el organismo. Los cristianos deben abando-
narlo. La influencia del café es hasta cierto punto la misma que la
del té, pero su efecto sobre el organismo es aún peor. Es excitante,
y en la medida en que lo eleve a uno por encima de lo normal, lo
dejará finalmente agotado y postrado por debajo de lo normal. A los
que beben té y café, los denuncia su rostro. Su piel pierde el color y
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parece sin vida. No se advierte en el rostro el resplandor de la salud.
El té y el café no nutren el organismo. Alivian repentinamente,
antes que el estómago haya tenido tiempo de digerirlos. Esto de-
muestra que aquello que los consumidores de estos estimulantes
llaman fuerza proviene de la excitación de los nervios del estómago,
que transmiten la irritación al cerebro, y éste a su vez es impelido a
aumentar la actividad del corazón y a infundir una energía de corta
duración a todo el organismo. Todo esto es fuerza falsa, cuyos resul-
tados ulteriores dejan en peor condición, pues no imparten ni una
sola partícula de fuerza natural.
El segundo efecto de beber té es dolor de cabeza, insomnio,
palpitaciones del corazón, indigestión, temblor nervioso y muchos
otros males. ...