Página 189 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Las carnes y los estimulantes
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alimentos sin esmero ni variación. No debe haber muchas clases de
alimentos en una comida, pero cada comida no debe estar compuesta
invariablemente de las mismas clases de alimentos. El alimento
debe prepararse con sencillez, aunque en forma esmerada para que
incite al apetito. Debéis eliminar la grasa de vuestra alimentación.
Contamina cualquier alimento que preparéis. Comed mayormente
frutas y verduras.
Aumenta la predisposición a las enfermedades
Después de disminuir su fuerza física por comer una cantidad
reducida de alimentos de mala calidad, algunos concluyen que su
anterior manera de vivir era mejor. El organismo debe ser sostenido.
Sin embargo, no vacilamos en decir que la carne no es necesaria
para tener salud y fuerza. Se la usa porque el apetito depravado la
desea. Su consumo excita las propensiones animales y fortalece las
pasiones de la misma naturaleza. Cuando aumentan estas propensio-
nes, decrecen las facultades intelectuales y morales. El consumo de
carne tiende a hacer tosco el cuerpo y embota las finas sensibilidades
de la mente.
El pueblo que se está preparando para ser santo, puro y refinado,
y ser introducido en la compañía de los ángeles celestiales, ¿habrá
de continuar quitando la vida de los seres creados por Dios para
sustentarse con su carne y considerarla como un lujo? Por lo que
el Señor me ha mostrado, habrá que cambiar este orden de cosas,
y el pueblo de Dios ejercerá templanza en todas las cosas. Los que
se sustentan mayormente con carne no pueden evitar comer la de
animales que en mayor o menor grado están enfermos. El proceso
de preparar los animales para el mercado, produce enfermedad en
ellos; y aun cuando se hallen en el mejor estado de salud posible, se
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acaloran y enferman al ser arreados antes de llegar al mercado. Los
flúidos y las carnes de estos animales enfermos pasan directamente
a la sangre y al sistema circulatorio del cuerpo humano para conver-
tirse en flúidos y carnes del mismo. Así se introducen humores en el
organismo. Y si la persona tiene ya sangre impura, ésta se empeora
por el consumo de la carne de esos animales. El peligro de contraer
una enfermedad aumenta diez veces al comer carne. Las facultades
intelectuales, morales y físicas quedan perjudicadas por el consumo