Página 222 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

Basic HTML Version

218
Joyas de los Testimonios 1
de nosotros, si verdaderamente él fuera, como lo afirmó, el Hijo de
Dios?”
“Consumado es”
Jesús no entregó su vida hasta que hubo realizado la obra que
había venido a hacer y exclamó con su último aliento: “Consumado
es.”
Juan 19:30
. Satanás estaba entonces derrotado. Sabía que su
reino estaba perdido. Los ángeles se regocijaron cuando fueron pro-
nunciadas las palabras: “Consumado es.” El gran plan de redención,
que dependía de la muerte de Cristo, había sido ejecutado hasta allí.
Y hubo gozo en el cielo porque los hijos de Adán podrían, mediante
una vida de obediencia, ser finalmente exaltados al trono de Dios.
¡Oh, qué amor! ¡Qué asombroso amor fué el que trajo al Hijo de
Dios a la tierra para que fuese hecho pecado por nosotros a fin de
que pudiésemos ser reconciliados con Dios y elevados a vivir con
él en sus mansiones de gloria! ¡Oh, qué es el hombre para que se
hubiese de pagar un precio tal por su redención!
Cuando los hombres y las mujeres puedan comprender plena-
mente la magnitud del gran sacrificio que fué hecho por la Majestad
del cielo al morir en lugar del hombre, entonces será magnificado el
plan de la salvación, y al reflexionar en el Calvario se despertarán
emociones tiernas, sagradas y vivas en el corazón del cristiano; vi-
brarán en su corazón y en sus labios alabanzas a Dios y al Cordero.
[229]
El orgullo y la estima propia no pueden florecer en los corazones
que mantienen frescos los recuerdos de las escenas del Calvario.
Este mundo parecerá de poco valor a aquellos que estimen el gran
precio de la redención del hombre, la preciosa sangre del amado
Hijo de Dios. Todas las riquezas del mundo no tienen suficiente
valor para redimir un alma que perece. ¿Quién puede medir el amor
que sintió Cristo por el mundo perdido, mientras pendía de la cruz
sufriendo por los pecados de los hombres culpables? Este amor fué
inconmensurable, infinito.
Un amor más fuerte que la muerte
Cristo demostró que su amor era más fuerte que la muerte. Esta-
ba cumpliendo la salvación del hombre; y aunque sostenía el más