Página 264 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
podía conseguir beneficio espiritual, y no olvidaba sus necesidades
corporales. En cierta ocasión realizó un milagro para alimentar a
cinco mil personas que se habían reunido para escuchar las palabras
de vida que brotaban de sus labios. Jesús tenía en cuenta los alrede-
dores cuando daba su preciosa verdad a las multitudes. El panorama
era de tal naturaleza que atraía los ojos y despertaba admiración en
el pecho de los que amaban lo bello. Podía ensalzar la sabiduría de
Dios en las obras que había creado, y podía vincular estas lecciones
sagradas dirigiendo sus mentes de la naturaleza al Dios de ella.
Así el panorama, los árboles, las aves, las flores del valle, las
colinas, el lago y los hermosos cielos, se asociaban en su recuerdo
con las verdades sagradas que serían santificadas en su memoria
cuando mirasen aquellas cosas después de la ascensión de Cristo al
cielo.
Cuando enseñaba a la gente, no dedicaba el tiempo a la oración.
No les imponía, como los fariseos, largas y tediosas ceremonias y
oraciones. Enseñó así a orar a sus discípulos: “Y cuando oras, no
seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en las sinagogas,
y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres:
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de cierto os digo, que ya tienen su pago. Mas tú, cuando oras, éntrate
en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto;
y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público. Y orando,
no seáis prolijos, como los gentiles; que piensan que por su parlería
serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro
Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le
pidáis. Vosotros pues, oraréis así.”
Mateo 6:5-8
.
La oración en público
Cristo inculcó en sus discípulos la idea de que sus oraciones
debían ser cortas y expresar exactamente lo que querían, y nada más.
Les indicó la longitud y el contenido que debían caracterizar sus
oraciones; debían expresar sus deseos de bendiciones temporales y
espirituales, y su gratitud por las mismas. ¡Cuán abarcante es esta
oración modelo! Se refiere a la necesidad real de todos. Uno o dos
minutos bastan para cualquier oración común. Hay casos en que la
oración nos es dictada en una forma especial por el Espíritu de Dios,
cuando se eleva la súplica en el Espíritu. El alma anhelante siente