No habrá tiempo de gracia después que venga Cristo
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Las personas que aman al mundo, cuyos ánimos son carnales y
enemigos de Dios, se harán la ilusión de que se les otorgará un tiem-
po de gracia después que Cristo aparezca en las nubes de los cielos.
El corazón carnal, que es tan adverso a someterse y obedecer, se
verá seducido por esta opinión placentera. Muchos permanecerán en
seguridad carnal, y continuarán en rebelión contra Dios, lisonjeándo-
se con la idea de que habrá entonces un momento para arrepentirse
del pecado, y que tendrán oportunidad de aceptar la verdad que es
ahora impopular, y que tanto contraría sus inclinaciones y deseos
naturales. Creen que aprovecharán la oportunidad de salvarse cuan-
do no tengan nada que aventurar, ni que perder al obedecer a Cristo
y la verdad.
Responsables de la luz
Hay en las Escrituras algunas cosas que son difíciles de compren-
der, y que, según el lenguaje de Pedro, los ignorantes e inestables
tuercen para su propia perdición. Tal vez no podamos en esta vida
explicar el significado de todo pasaje de la Escritura; pero no hay
puntos de verdad práctica que hayan de quedar envueltos en el mis-
terio. Cuando llegue el momento en que, según la Providencia de
Dios, el mundo deba ser probado respecto de la verdad para este
tiempo, su Espíritu inducirá a las mentes a escudriñar las Escrituras,
aun con ayuno y oración, hasta que descubran eslabón tras eslabón,
y los unan en una cadena perfecta. Todo hecho que se relacione
directamente con la salvación de las almas quedará tan claro que
nadie necesitará errar ni andar en las tinieblas.
A medida que hemos seguido la cadena de la profecía, se ha
visto claramente y explicado la verdad revelada para nuestro tiempo.
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Somos responsables de los privilegios que disfrutamos y de la luz
que resplandece sobre nuestra senda. Los que vivieron en generacio-
nes pasadas fueron responsables de la luz que se dejó brillar sobre
ellos. Su mente se preocupó con respecto a diferentes puntos de
la Escritura que los probaban. Pero no comprendían las verdades
que nosotros comprendemos. No fueron responsables de la luz que
no recibieron. Tuvieron la Biblia como nosotros; pero el tiempo en
que debía revelarse la verdad especial relacionada con las escenas