Página 274 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
finales de la historia de esta tierra había de coincidir con las últimas
generaciones que iban a vivir en la tierra.
Las verdades especiales han sido adaptadas a las condiciones
de las generaciones a medida que existían. La verdad presente, que
prueba a los de esta generación, no era una prueba para los de
las generaciones anteriores. Si la luz que ahora resplandece sobre
nosotros acerca del sábado del cuarto mandamiento hubiese sido
dada a las generaciones pasadas, Dios habría tenido a éstas por
responsables de ella.
Cuando el templo de Dios fué abierto en el cielo, Juan vió en
santa visión una clase de personas cuya atención había sido atraída
por el arca que contenía la ley de Dios, a la cual miraban con reve-
rencia. La prueba especial del cuarto mandamiento no llegó hasta
después que el templo de Dios fué abierto en el cielo.
Los que murieron antes que fuese dada la luz referente a la ley
de Dios y los requerimientos del cuarto mandamiento, no fueron
culpables del pecado de violar el sábado. Es insondable la sabiduría
y la misericordia de Dios al dispensar luz y conocimiento en el
momento oportuno, a medida que el pueblo la necesite. Antes de
venir a juzgar el mundo con justicia, envía una amonestación para
despertar a las personas y llamarles la atención al descuido en que
se tuvo el cuarto mandamiento, para que, estando instruidas, puedan
arrepentirse de la transgresión de su ley y demostrar fidelidad al gran
Legislador. El ha provisto lo necesario para que todos puedan ser
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santos y felices si así lo desean. Se le ha dado suficiente luz a esta
generación para que podamos saber cuáles son nuestros deberes y
privilegios y disfrutar de la sencillez y el poder de las preciosas y
solemnes verdades.
Somos responsables tan sólo por la luz que brilla sobre nosotros.
Los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús nos están pro-
bando. Si somos fieles y obedientes, Dios se deleitará en nosotros,
y nos bendecirá como su pueblo escogido y peculiar. Cuando la fe
y el amor perfectos y la obediencia abunden y obren en el corazón
de los que siguen a Cristo, éstos ejercerán una poderosa influencia.
Difundirán una luz que disipará las tinieblas circundantes, refinará
y elevará a todos los que caigan dentro de la esfera de su influen-
cia, e impartirá un conocimiento de la verdad a todos los que estén