Página 277 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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El carácter sagrado del sábado
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Los que no son plenamente convertidos a la verdad permiten
con frecuencia que sus mentes se espacien libremente en negocios
mundanales, y aunque descansan del trabajo físico en sábado, su
lengua expresa lo que tienen en la mente; de ahí sus palabras acerca
de sus ganados, las cosechas y las pérdidas y ganancias. Todo esto
es violar el sábado. Si la mente se espacia en asuntos mundanales,
la lengua lo revelará; porque de la abundancia del corazón habla la
boca.
La responsabilidad del ministro
El ejemplo de los ministros debe ser especialmente circunspecto
acerca de esto. El sábado debe dedicarse concienzudamente a la
conversación sobre temas religiosos, a presentar la verdad, el deber,
las esperanzas y temores del cristiano, sus pruebas, conflictos y
aflicciones, la victoria final y la recompensa que habrá de recibir.
Los ministros de Jesús deben reprender a los que no se acuerdan
del sábado para santificarlo. Deben reprender bondadosa y solem-
nemente a los que participan en conversación mundanal en sábado,
y al mismo tiempo aseveran ser observadores del sábado. Deben
estimular la devoción a Dios en su santo día.
A los que recuperan el sueño
Nadie debe sentirse libre para pasar el tiempo santificado de una
manera que no sea provechosa. Desagrada a Dios que los observa-
dores del sábado duerman durante gran parte del sábado. Deshonran
a su Creador al hacerlo. Por su ejemplo dicen que los seis días son
demasiado preciosos para que ellos los pasen descansando. Deben
ganar dinero, aunque sea privándose del sueño que necesitan, y lo
recuperan durmiendo durante el tiempo santo. Luego se disculpan
diciendo: “El sábado fué dado como día de reposo. No me privaré
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del descanso para asistir a la reunión; porque necesito descansar.”
Los tales hacen un uso erróneo del día santificado. En este día deben
interesar especialmente a sus familias en la observancia del mis-
mo, y congregarse en la casa de oración con los pocos o con los
muchos que asistan, según sea el caso. Deben dedicar su tiempo y
sus energías a los ejercicios espirituales, para que la influencia divi-