Página 395 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

Basic HTML Version

El poder del apetito
391
dispuestos a soportar los trabajos, las privaciones y la abnegación co-
mo lo hizo su Redentor. Únicamente por la obediencia y el esfuerzo
continuo seremos vencedores como Cristo lo fué.
El poder dominante del apetito causará la ruina de millares de
personas, que, si hubiesen vencido en ese punto, habrían tenido fuer-
za moral para obtener la victoria sobre todas las demás tentaciones
de Satanás. Pero los que son esclavos del apetito no alcanzarán a
[423]
perfeccionar el carácter cristiano. La continua transgresión del hom-
bre durante seis mil años ha producido enfermedad, dolor y muerte.
Y a medida que nos acerquemos al fin, la tentación de complacer el
apetito será más poderosa y más difícil de vencer.
* * * * *
Empiécese en el hogar
—La obra de la temperancia debe empezar
en nuestras familias, en nuestras mesas. Las madres, mediante una
disciplina y educación correctas, tienen una obra importante que
hacer para dar al mundo hijos e hijas que serán capaces de ocupar
casi cualquier puesto, y que puedan también dignificar los deberes
de la vida doméstica y hallar placer en ellos.
Importancia de la obra de la madre en el hogar
La obra de la madre es muy importante y sagrada. Debe enseñar
a sus hijos desde la cuna a practicar hábitos de abnegación y dominio
propio. Si su tiempo se dedica mayormente a las insensateces de
esta época de degeneración, si el vestido y las diversiones ocupan su
precioso tiempo, sus hijos no recibirán la educación esencial para
adquirir un carácter correcto. La madre cristiana no debe manifestar
ansiedad simplemente por lo exterior, sino porque sus hijos tengan
una constitución sana y se apoyen en buenos principios de moral.
Muchas madres que deploran la intemperancia que existe por
doquiera, no miran bastante hondo para ver la causa. Están pre-
parando diariamente una variedad de platos muy sazonados, que
tientan al apetito e incitan a comer demasiado. Las mesas de nuestro
pueblo norteamericano se preparan generalmente de una manera que
contribuye a formar borrachos. El apetito es el principio que rige a
un numeroso grupo de personas. Todo aquel que complace el ape-
tito comiendo demasiado a menudo, e ingiere alimentos malsanos,