Página 410 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
para el pueblo de Dios, a fin de que evite la incredulidad y escape
a su ira. Si las iniquidades de los hebreos hubiesen sido omitidas
del relato sagrado, y se hubiesen relatado solamente sus virtudes, su
historia no nos habría enseñado la lección que nos enseña.
Los incrédulos y los que aman el pecado disculpan sus delitos
citando la perversidad de hombres a quienes antiguamente Dios
dió autoridad. Arguyen que si esos santos cedieron a la tentación y
cometieron pecados, no es de admirar que ellos también hagan el
mal; e insinúan que no son tan malos al fin y al cabo, puesto que
tienen delante de sí tan ilustres ejemplos de iniquidad.
Los principios de la justicia exigían una narración fiel de los
hechos para beneficio de todos los que hubiesen de leer el relato
sagrado. En esto discernimos evidencias de la sabiduría divina.
Se nos pide que obedezcamos a la ley de Dios, y no sólo se nos
instruye en cuanto a la penalidad de la desobediencia, sino que se
narra para nuestro beneficio y amonestación la historia de Adán y
Eva en el paraíso, y los tristes resultados de su desobediencia a los
mandamientos de Dios. El relato es completo y explícito.
La ley que fué dada al hombre en el Edén está registrada jun-
tamente con la penalidad que la acompañaría en caso de que fuese
desobedecida. Luego sigue la historia de la tentación y la caída, y
el castigo infligido a nuestros padres cuando cayeron. Su ejemplo
nos es dado como advertencia en lo que respecta a la desobediencia,
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a fin de que sepamos con seguridad que la paga del pecado es la
muerte, que la justicia retributiva de Dios no se elude, y que él exige
de los seres que ha creado una estricta obediencia a sus manda-
mientos. Cuando la ley fué proclamada en el Sinaí, ¡cuán definida
fué la penalidad incluída, cuán seguro fué el castigo que había de
seguir a la transgresión de aquella ley, y cuán claros fueron los casos
registrados como evidencia de este hecho!
La pluma inspirada, fiel a su tarea, nos habla de los pecados
que vencieron a Noé, Lot, Moisés, Abrahán, David y Salomón, y
hasta nos cuenta que aun el enérgico espíritu de Elías se abatió bajo
la tentación durante su terrible prueba. Están fielmente registradas
la desobediencia de Jonás y la idolatría de Israel. La negación de
Pedro, la aguda contienda que hubo entre Pablo y Bernabé, las
flaquezas de los profetas y los apóstoles, todo queda revelado por
el Espíritu Santo, que descorre el velo del corazón humano. Ante