Biografías bíblicas
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nosotros se expone la vida de los creyentes, con todos sus defectos e
insensateces, que están destinados a ser una lección para todas las
generaciones que los habían de seguir. Si hubiesen sido perfectos,
habrían sido sobrehumanos, y nuestra naturaleza pecaminosa nos
haría desesperar de llegar jamás a tal punto de excelencia. Pero al
ver cómo lucharon y cayeron, cómo cobraron nuevamente ánimo
y vencieron por la gracia de Dios, cobramos aliento para avanzar
contra los obstáculos que la naturaleza degenerada coloca en nuestro
camino.
Dios ha sido siempre fiel en castigar el crimen. Envió a sus
profetas para amonestar a los culpables, denunciar sus pecados y
pronunciar juicio contra ellos. Los que se preguntan por qué la
Palabra de Dios destaca los pecados de sus hijos en forma tan clara
que los burladores pueden ridiculizarlos y los santos deplorarlo,
deben considerar que todo fué escrito para su instrucción, a fin de
que evitaran los males registrados e imitaran solamente la justicia
de los que sirvieron al Señor.
Necesitamos precisamente las lecciones que la Biblia nos da,
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porque juntamente con la revelación del pecado, está registrada
la retribución que sigue. El pesar y la penitencia del culpable, el
llanto del alma enferma de pecado, llegan del pasado hasta nosotros,
diciéndonos que el hombre necesitaba entonces como ahora la gracia
perdonadora de Dios. Las Escrituras nos enseñan que aunque él
castiga el delito, se compadece del pecador arrepentido y lo perdona.
Advertencias actuales
En su providencia, el Señor ha considerado apropiado enseñar
y amonestar a su pueblo de diversas maneras. Por su orden directa,
por los escritos sagrados y por el espíritu de profecía, le ha hecho
conocer su voluntad. Mi obra ha consistido en hablar claramente
de los defectos y errores del pueblo de Dios. El hecho de que los
pecados de ciertas personas hayan sido sacados a luz, no evidencia
que las tales sean a la vista de Dios peores que muchos cuyas faltas
no han sido mencionadas. Pero se me ha mostrado que no me toca
a mí elegir mi obra, sino obedecer humildemente la voluntad de
Dios. Los errores y las malas acciones que hay en la vida de los
que profesan ser cristianos, han sido registrados para instrucción de