Página 424 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Colaboradores de Crist
El tiempo transcurrido durante el congreso de 1874 y después
del mismo, fué muy importante para ***. Si hubiese habido allí una
casa de culto cómoda y placentera, se habrían decidido por la verdad
dos veces más personas de las que fueron realmente ganadas. Dios
trabaja con nuestros esfuerzos. Podemos cerrar el camino de los
pecadores mediante nuestra negligencia y egoísmo. Debiera haberse
manifestado gran diligencia en tratar de salvar a aquellos que están
todavía en el error, aunque interesados en la verdad.
En el servicio de Cristo se necesita un comando tan sabio como
el que se requiere para los batallones de un ejército que protege la
vida y la libertad del pueblo. No todos pueden trabajar juiciosamente
para la salvación de las almas. Es necesario pensar detenidamente.
No debemos entrar al azar en la obra del Señor y esperar éxito. El
Señor necesita hombres de intelecto, hombres de reflexión. Jesús
pide colaboradores, no personas que siempre cometan errores. Dios
necesita hombres inteligentes, que piensen correctamente, a fin de
hacer la gran obra necesaria para la salvación de las almas.
Los mecánicos, los abogados, los negociantes, los hombres de
todos los oficios y profesiones, se educan a fin de llegar a dominar
su ramo. ¿Deben los que siguen a Cristo ser menos inteligentes,
y mientras profesan dedicarse a su servicio ignorar los medios y
recursos que han de emplearse? La empresa de ganar la vida eterna
es superior a toda consideración terrenal. A fin de conducir a las
almas a Cristo, debe conocerse la naturaleza humana y estudiarse la
mente humana. Se requiere mucha reflexión cuidadosa y ferviente
oración para saber cómo acercarse a los hombres y las mujeres a fin
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de presentarles el gran tema de la verdad.
Algunas personas impulsivas, aunque sinceras, después que se
ha dado un discurso categórico, suelen acercarse de una manera
muy abrupta a los que no creen como nosotros y les hacen repelente
la verdad que deseamos verlos recibir. “Los hijos de este siglo
Testimonios para la Iglesia 4:67-73 (1876)
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