Página 459 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

Basic HTML Version

Las críticas a los que llevan responsabilidades
455
corazón de ésta. Se apodera de hombres y mujeres egoístas, no
consagrados, y los hace centinelas para que vigilen a los fieles siervos
de Dios, pongan en duda sus palabras, sus actos y sus motivos, y
critiquen y murmuren contra sus reprensiones y amonestaciones.
Por su medio crea sospechas y celos y procura debilitar el valor de
los fieles, agradar a los que no son santificados, y anular las labores
de los siervos de Dios.
Satanás ha ejercido gran poder sobre la mente de los padres
por medio de sus hijos indisciplinados. El pecado de la negligencia
paterna está anotado contra muchos observadores del sábado. El
espíritu de la chismografía es uno de los agentes esenciales que tiene
Satanás para sembrar discordia y disensión, para separar amigos
y minar la fe de muchos en la veracidad de nuestra posición. Hay
hermanos y hermanas que propenden demasiado a hablar de las
faltas y de los errores que creen ver en los demás, y especialmente
en aquellos que han dado sin vacilar los mensajes de reprensión y
amonestación que Dios les confiara.
Los hijos de estos quejosos escuchan con oídos abiertos y reciben
el veneno del desafecto. Los padres están así cerrando ciegamente las
avenidas por medio de las cuales se podrían alcanzar los corazones
de los hijos. Cuántas familias sazonan sus comidas diarias con dudas
y preguntas. Disecan el carácter de sus amigos y lo sirven como
delicado postre. Circula por la mesa un precioso trozo de calumnia,
para que lo comenten, no solamente los adultos, sino también los
niños. Esto deshonra a Dios. Jesús dijo: “En cuanto lo hicisteis a uno
de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis.”
Mateo 25:40
.
Por lo tanto desprecian y ultrajan a Cristo los que calumnian a sus
[493]
siervos.
Los nombres de los siervos escogidos de Dios han sido tratados
con falta de respeto y en algunos casos con absoluto desprecio
por ciertas personas que debieran haberlos mantenido en alto. Los
niños han oído las observaciones irrespetuosas de sus padres con
referencia a las solemnes reprensiones y amonestaciones dadas por
los siervos de Dios. Han comprendido las burlas escarnecedoras
y expresiones despectivas que de vez en cuando cayeron en sus
oídos, y la tendencia ha sido poner en su mente los intereses eternos
y sagrados al mismo nivel que los asuntos comunes del mundo.
¡Qué obra están haciendo estos padres al transformar a sus hijos en