Página 514 - Joyas de los Testimonios 1 (1971)

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Joyas de los Testimonios 1
vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de
Jehová; y cuando hablan que su alimento es despreciable. Habéis
además dicho: ¡Oh qué trabajo! y lo desechasteis, dice Jehová de los
ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis
ofrenda. ¿Seráme acepto eso de vuestra mano? dice Jehová. Maldito
el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica
lo dañado a Jehová; porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los
ejércitos, y mi nombre es formidable entre las gentes.”
Malaquías
1:12-14
.
“Cuando a Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque
no se agrada de los insensatos. Paga lo que prometieres. Mejor es
que no prometas, que no que prometas y no pagues.”
Eclesiastés 5:4,
5
.
El hombre es instrumento de Dios
Dios le ha dado al hombre algo que hacer para que logre la
salvación de sus semejantes. Puede obrar en relación con Cristo
haciendo actos de misericordia y de beneficencia. Pero no puede
redimirlos porque es incapaz de satisfacer las exigencias de la justicia
insultada. Esto lo pudo hacer sólo el Hijo de Dios, poniendo a un
lado su honra y gloria, revistiendo de humanidad su divinidad, y
viniendo a la tierra para humillarse y derramar su sangre en favor de
la familia humana.
Al comisionar a sus discípulos para que fuesen “por todo el
mundo” a predicar “el evangelio a toda criatura,” Cristo encomendó
a los hombres la obra de difundir las buenas nuevas. Pero mientras
algunos salen a predicar, invita a otros a que satisfagan sus demandas
en cuanto a los diezmos y ofrendas con que sostener el ministerio
y difundir la verdad en forma impresa por toda la tierra. Tal es el
medio que Dios tiene para exaltar al hombre. Es precisamente la
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obra que él necesita, pues conmoverá las más profundas simpatías
de su corazón y ejercitará su más alta capacidad mental.
Toda cosa buena de la tierra fué puesta aquí por la mano bon-
dadosa de Dios, como expresión de su amor hacia el hombre. Los
pobres son suyos, como lo es la causa de la religión. El ha puesto
recursos en manos de los hombres para que sus dones divinos fluyan
por conductos humanos y hagan la obra que nos ha sido señalada