El tesoro en los cielos
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triunfado, y multitudes la han aceptado. En su providencia Dios ha
obrado en ciertas personas acaudaladas, y las ha traído a la verdad
a fin de que a medida que la obra crece, sean suplidas las necesi-
dades de la causa. Muchos recursos han ingresado en las filas de
los observadores del sábado, y vi que actualmente Dios no exige
las casas que la gente necesita para vivir, a menos que se quieran
cambiar casas costosas por otras más económicas. Pero si los que
están en la abundancia no oyen su voz para separarse del mundo y,
vendiendo parte de su propiedad y tierra, hacer un sacrificio para
Dios, los pasará por alto, y llamará a quienes estén dispuestos a
hacer cualquier cosa por Jesús, hasta el punto de vender sus casas
para satisfacer las necesidades de la causa. Dios quiere ofrendas
voluntarias. Los que den deben considerar que es un privilegio el
poder hacerlo.
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