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La influencia de los padres
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en la casa, es la habitación donde ella se encuentra. Así ella podrá
observarlos y zanjar las pequeñas diferencias que surgen entre ellos
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cuando se lo pidan, y corregir los malos hábitos o las manifestacio-
nes de egoísmo o de ira; de este modo podrá imprimir a sus mentes
un giro en la dirección correcta. Los niños piensan que a la madre le
agrada aquello con lo que ellos disfrutan, y les parece perfectamente
natural consultar a su madre acerca de los pequeños problemas que
los confunden. Y la madre no debe herir el corazón de sus hijos sen-
sibles tratando sus intereses con indiferencia o rehusando tratar con
estos asuntos de poca importancia. Lo que puede parecer pequeño a
la madre puede ser muy importante para ellos. Y una palabra de con-
sejo o de advertencia dada en el momento oportuno con frecuencia
resultará de gran valor. Una mirada de aprobación, una palabra de
ánimo y de alabanza de la madre a menudo serán como un rayo de
luz en sus tiernos corazones durante todo el día.—
Mensajes Selectos
2:503 (1865)
.
Traten con ternura a los pequeños
Madres, traten con ternura a sus pequeñuelos. Cristo fue una vez
un niñito. Por amor suyo, honren a los niños. Considérenlo como
un cometido sagrado, no para mimarlos y hacer de ellos ídolos, sino
para enseñarles a vivir una vida pura y noble. Son propiedad de Dios;
él los ama y los invita a cooperar con él para ayudarles a adquirir un
carácter perfecto.—
The Signs of the Times, 23 de agosto de 1899
;
El hogar adventista, 253 (1894)
.
Su hijo es propiedad de Dios
Hermana, ¿se sorprende usted de que su hija tenga poca confian-
za en la palabra de su madre? Usted la ha educado para no decir
la verdad; y el Señor está apenado al ver a una de sus pequeñas
conducidas por el mal camino por su madre. Su hija no le pertenece;
usted no puede hacer con ella lo que le parezca, porque es propiedad
del Señor. Ejerza un control firme y perseverante sobre ella; enséñele
que pertenece a Dios. Con esta educación crecerá para ser una ben-
dición para los que la rodean. Pero será necesario un discernimiento
claro y agudo para reprimir las inclinaciones de ella a dominar a