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La autoestima
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rales bien desarrolladas, quienes, por su asociación con niños que
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practican la masturbación, se inician en ese vicio. El efecto sobre
ellos frecuentemente los vuelve melancólicos, irritables y celosos;
pero pueden no perder el respeto por la adoración religiosa y pueden
no mostrar incredulidad especial con respecto a las cosas religiosas.
A veces sufrirán agudamente sentimientos de remordimiento y se
sentirán degradados ante sus propios ojos y perderán su respeto
propio.—
Testimonies for the Church 2:392 (1870)
.
No destruya la autoestima ajena
Cuando el que ha cometido una falta se da cuenta de su error,
traten de no destruir su autoestima. No lo desalienten con la indi-
ferencia o desconfianza de ustedes. No digan: “Antes de depositar
en él mi confianza, voy a esperar para ver si permanece firme”. Mu-
chas veces es precisamente esta desconfianza la que hace tropezar al
tentado.—
El Ministerio de Curación, 125 (1905)
.
El sostenerse a sí mismo en lo económico aumenta el respeto
propio
A los que se esfuerzan por reformarse se les debe mantener
ocupados. A nadie capaz de trabajar se le debe enseñar a esperar
que recibirá comida, ropa y vivienda de balde. Por su propio bien,
como por el de los demás, hay que idear algún medio que le permita
devolver el equivalente de lo que recibe. Aliéntese todo esfuerzo
hacia el sostenimiento propio, que fortalecerá el sentimiento de la
dignidad personal y una noble independencia. Además, la ocupación
de la mente y el cuerpo en algún trabajo útil es una salvaguardia
esencial contra la tentación.—
El Ministerio de Curación, 132 (1905)
.
Ser propietarios ayuda a los pobres a mejorar su autoestima
El saberse propietarios de sus propias casas les inspiraría un
fuerte deseo de mejoría. No tardarían en adquirir capacidad para
hacer planes por su cuenta; inculcarían a sus hijos hábitos de labo-
riosidad y economía y sus intelectos serían fortalecidos. Se sentirían
hombres, no esclavos, y podrían recuperar el respeto propio y la
independencia moral.—
El hogar adventista, 338 (1894)
.