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Dependencia e independencia
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La dependencia de otros puede significar inmadurez
Los hombres, que debieran ser tan leales como la brújula al polo
en toda emergencia, han llegado a ser ineficientes por sus esfuerzos
de protegerse de la censura y por evadir las responsabilidades por
temor al fracaso. Los hombres de intelectos gigantescos son apenas
bebés en la disciplina porque son cobardes con respecto a tomar
y llevar las cargas que deberían llevar. Descuidan el llegar a ser
eficientes. Han confiado por demasiado tiempo en que otro planifique
por ellos y les haga pensar que están altamente capacitados para
trabajar por sí mismos en favor de la causa de Dios. Las deficiencias
mentales salen a nuestro encuentro en todo momento.
Los hombres que se contentan con permitir que otros hagan
planes y piensen por ellos no están completamente desarrollados. Si
tuvieran que hacer solos sus planes se descubriría que son juiciosos
y calculadores. Pero cuando se conectan con la causa de Dios, es
algo totalmente diferente para ellos; pierden esta capacidad casi por
completo. Se satisfacen en seguir siendo incompetentes e ineficientes
como si otros debieran trazar los planes y pensar por ellos. Algunos
parecen ser incapaces de abrir un camino por sí mismos. ¿Deben
ellos siempre confiar en que otros piensen y planifiquen y estudien
por ellos, y sean así su mente y su juicio? Dios se avergüenza de
tales soldados. Él no recibe honra cuando tienen alguna parte en su
obra puesto que son solo máquinas.—
Testimonies for the Church
3:495, 496 (1875)
.
Se necesitan personas independientes
Se necesitan hombres independientes, de esfuerzo ardoroso, cu-
yos caracteres no sean tan impresionables como la arcilla. Aquellos
que desean que se les dé el trabajo listo para sus manos, que desean
una cantidad fija que hacer y un salario fijo, y que desean hallar un
molde exacto sin la molestia de adaptarse ni prepararse, no son los
hombres a quienes Dios llama a trabajar en su causa. Un hombre
que no pueda adaptar sus capacidades a casi cualquier lugar, si la
necesidad lo exige, no es el hombre para este tiempo.
[267]
Los hombres a quienes Dios relacionará con su obra no han de
ser flexibles ni carecer de fibra, músculo y fuerza moral de carác-
ter. [Únicamente con esfuerzo perseverante y continuo pueden los