Página 19 - Mente, C

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Su importancia
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el corazón. La persona lenta y que trabaja con desventajas, debiera
darse cuenta de que ésas son faltas que deben corregirse. Necesita
ejercitar su mente haciendo planes referentes a cómo usar el tiempo
para alcanzar los mejores resultados. Con tacto y método, algunos
realizarán tanto trabajo en cinco horas como otros en diez. Algunos
que se ocupan en las tareas domésticas están siempre trabajando,
no porque tengan tanto que hacer, sino porque no hacen planes para
ahorrar tiempo. Por su manera de trabajar lenta y llena de dilaciones,
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se dan mucho trabajo por cosas muy pequeñas. Pero todos los que
deseen pueden vencer esos hábitos de morosidad y excesiva meticu-
losidad. Tengan los tales un propósito definido en su obra. Decidan
cuánto tiempo se requiere para hacer una tarea determinada, y en-
tonces dedíquese todo esfuerzo a terminar el trabajo en ese tiempo.
El ejercicio de la voluntad hará más diestras las manos.—
Palabras
de Vida del Gran Maestro, 279; 242 (1903)
.
Adiestrar todos los poderes de la mente y del cuerpo
—Dios
ha dado un cerebro a cada ser humano. Desea que sea usado para su
gloria... No tenemos demasiado poder mental ni demasiada facultad
para razonar. Hemos de educar y desarrollar cada facultad mental y
física, el mecanismo humano que ha comprado Cristo, a fin de que
podamos usarlo de la mejor manera posible. Hemos de hacer todo
lo que podamos para fortalecer esas facultades, pues Dios se agrada
de que cada vez lleguemos a ser colaboradores más y más eficientes
con él.—
Mensajes Selectos 1:117 (1904)
.
La mente cultivada es la medida del hombre
—No penséis
nunca que ya habéis aprendido bastante, y que podéis cejar en vues-
tros esfuerzos. La mente cultivada es la medida del hombre. Vuestra
educación debe proseguir durante toda la vida; cada día debéis
aprender algo y poner en práctica el conocimiento adquirido.—
El
Ministerio de Curación, 399 (1905)
.
La similitud que existe entre un campo inculto y una mente sin
preparación es asombrosa. Los niños y los jóvenes ya tienen en
sus mentes y corazones semillas corrompidas, listas para brotar y
producir su cosecha de perversión; y se requiere el mayor cuidado
y vigilancia en el cultivo y aprovisionamiento de la mente con las
preciosas semillas de la verdad bíblica...—
The Review and Herald,
9 de noviembre de 1886
;
Nuestra Elavada Vocacion, 204
.