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Mente, Cáracter y Personalidad 1
testará: “Yo las llevaré. ‘Con misericordia eterna tendré compasión
de ti’. Llevaré tus pecados y te daré paz. No sigas menospreciándote,
porque te he comprado con mi propia sangre. Eres mío. Fortale-
ceré tu voluntad debilitada. Tu remordimiento por el pecado yo lo
quitaré”.—
Carta 2, 1914
;
Testimonios para los Ministros, 519, 520
.
Consejo a uno que había perdido el respeto propio
—Jesús
lo ama, y me ha dado un mensaje para usted. Su gran corazón de
infinita ternura suspira por usted. Le envía el mensaje de que puede
recuperarse de la trampa del enemigo. Puede recobrar su respeto
propio. Puede llegar al punto de considerarse no como un fracasado
sino como un vencedor por medio de la influencia elevadora del
Espíritu de Dios y gracias a ella. Aférrese de la mano de Cristo y no
la suelte.—
Medical Ministry, 43 (1903)
.
Cultive el respeto propio
—No es la voluntad de vuestro Padre
celestial que continuamente estéis bajo tribulación y tinieblas. De-
bierais cultivar el respeto propio, viviendo de tal modo que seáis
aprobados por vuestra propia conciencia, y delante de los hombres y
los ángeles... Tenéis el privilegio de ir a Jesús y de ser limpiados, y
de estar delante de la ley sin vergüenza y remordimiento. “Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,
los que no andan conforme a la carne, sino conforme al espíritu”.
Romanos 8:1
. Mientras no debemos pensar en nosotros mismos
más de lo debido, la Palabra de Dios no condena un debido respeto
propio. Como hijos e hijas de Dios, debiéramos tener una consciente
dignidad de carácter, en la cual el orgullo y la importancia de sí
mismos no tienen parte.—
The Review and Herald, 27 de marzo de
1888
;
Nuestra Elavada Vocacion, 145
.
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