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Respeto propio
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desconfianza la que hace tropezar al tentado.—
El Ministerio de
Curación, 125 (1905)
.
El sostenerse a sí mismo en lo económico aumenta el respeto
propio
—A los que se esfuerzan por reformarse se les debe propor-
cionar ocupación. A nadie capaz de trabajar se le debe enseñar a
esperar que recibirá comida, ropa y vivienda de balde. Para su propio
bien, como para el de los demás, hay que idear algún medio que
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le permita devolver el equivalente de lo que recibe. Aliéntese todo
esfuerzo hacia el sostenimiento propio, que fortalecerá el sentimien-
to de la dignidad personal y una noble independencia. Además, la
ocupación de la mente y el cuerpo en algún trabajo útil es una sal-
vaguardia esencial contra la tentación.—
El Ministerio de Curación,
132 (1905)
.
Ser propietarios ayuda a los pobres a tener respeto propio
El saberse propietarios de sus propias casas les inspiraría un fuerte
deseo de mejoría. No tardarían en adquirir habilidad para hacer pla-
nes por su cuenta; inculcarían a sus hijos hábitos de laboriosidad
y economía y sus intelectos quedarían grandemente fortalecidos.
Se sentirían hombres, no esclavos, y podrían recuperar en gran me-
dida el perdido respeto propio e independencia moral.—
El hogar
adventista, 338 (1894)
.
El cultivo de sí mismo y la dignidad
—Es importante que los
ministros de Cristo vean la necesidad de cultivarse a sí mismos a fin
de adornar su profesión y mantener una dignidad apropiada. Sin el
adiestramiento de la mente ciertamente fracasarán en todo lo que
emprendan.—
Testimonies for the Church 2:500, 501 (1870)
.
Cuidado con la compasión propia
—Necesitamos desconfiar
de la compasión propia. Jamás os permitáis sentir que no se os
aprecia debidamente ni se tienen en cuenta vuestros esfuerzos, o
que vuestro trabajo es demasiado difícil. Toda murmuración sea
acallada por el recuerdo de lo que Cristo sufrió por nosotros. Reci-
bimos mejor trato que el que recibió nuestro Señor. “¿Y tú buscas
para ti grandezas? No busques”.
Jeremías 45:5
.—
El Ministerio de
Curación, 378 (1905)
.
Cristo restaura el respeto propio
—No debe ser difícil recordar
que el Señor desea que usted deposite sus problemas y perplejidades
a sus pies, y que los deje allí. Vaya a él, diciendo: “Señor, mis cargas
son demasiado pesadas. ¿Quieres llevarlas en mi lugar?” Y el con-
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