Página 235 - Mente, C

Basic HTML Version

Dependencia e independencia
231
camino seguro que todos deben seguir. Miren todos a Dios, confíen
en El, y crean plenamente en su poder. Unanse en yugo con Cristo y
no con los hombres, porque éstos no tienen poder de impedirles que
caigan.—
Carta 88, 1896
.
Consejo a un ejecutivo
—Usted debe depender de Dios. No
debe permitir que otros hombres vacíen sus mentes en la de usted.
No ha de permitirles que, por su persuasión, lo conduzcan por un
sendero falso. Ponga su confianza completamente en quien declara:
“No te desampararé, ni te dejaré”.
Hebreos 13:5
.—
Carta 92, 1903
.
[270]
La dependencia de Dios crea confianza
—Cuando los hombres
dejen de depender de los hombres, cuando hagan de Dios su efi-
ciencia, se manifestará más confianza mutua. Nuestra fe en Dios es
sumamente débil y nuestra confianza mutua es demasiado exigua.—
Testimonios para los Ministros, 214 (1895)
.
La autodependencia conduce a la tentación
—Por medio de
férvida oración y de entera confianza en Dios, Salomón alcanzó
un grado de sabiduría que despertó la admiración del mundo. Pero
cuando se alejó de la Fuente de su fuerza y se apoyó en sí mismo,
cayó presa de la tentación. Entonces las facultades maravillosas que
habían sido concedidas al más sabio de los reyes, sólo lo convirtieron
en agente tanto más eficaz del adversario de las almas.—
El Conflicto
de los Siglos, 563, 564 (1911)
.
La dependencia de otros puede significar inmadurez
—Los
hombres, que debieran ser tan leales como la brújula al polo en
toda emergencia, han llegado a ser ineficientes por sus esfuerzos de
protegerse de la censura y por evadir las responsabilidades por temor
al fracaso. Los hombres de intelectos gigantescos son apenas bebés
en la disciplina porque son cobardes con respecto a tomar y llevar
las cargas que deberían llevar. Descuidan el llegar a ser eficientes.
Han confiado por demasiado tiempo en que un hombre planifique
por ellos y les haga pensar que están altamente capacitados para
obrar por sí mismos en favor de la causa de Dios. Las deficiencias
mentales salen a nuestro encuentro en todo momento.
Los hombres que se contentan con permitir que otros hagan
planes y piensen por ellos no están completamente desarrollados. Si
tuvieran que hacer solos sus planes se descubriría que son juiciosos
y calculadores. Pero cuando se conectan con la causa de Dios, es
algo totalmente diferente para ellos; pierden esta capacidad casi