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Dependencia e independencia
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Independencia moral cuando se opone al mundo
—La inde-
pendencia moral estará completamente en su lugar cuando se opone
al mundo. Al conformarse enteramente a la voluntad de Dios, esta-
remos en terreno ventajoso y veremos la necesidad de separarnos de
las costumbres y prácticas del mundo. No hemos de elevar nuestra
norma sólo un poco por encima de la del mundo; sino que hemos
de hacer definidamente clara la línea de demarcación.—
The Re-
view and Herald, 9 de enero de 1894
;
Fundamentals of Christian
Education, 289
.
La independencia moral es una virtud
—Nuestra única segu-
ridad es permanecer como el pueblo peculiar de Dios. No debemos
ceder ni un ápice a las costumbres y modas de esta época degenerada
sino mantenernos con independencia moral, sin entrar en compo-
nendas con sus prácticas corruptas e idolátricas.—
Testimonies for
the Church 5:78 (1882)
.
[275]
(e) Independencia mental
Verdadera independencia, no obstinación
—La verdadera in-
dependencia mental no es obstinación. Conduce a los jóvenes a
formar sus opiniones sobre la Palabra de Dios, sin importarles lo
que otros digan o hagan. Si están en compañía de incrédulos, ateos
o infieles, los conduce a reconocer y defender su creencia en las
sagradas verdades del Evangelio contra las cavilaciones y agudezas
de sus asociados impíos. Si están con los que piensan que es una
virtud pasar revista a las faltas de los cristianos profesos y luego
burlarse de la religión, la moralidad y la virtud, la verdadera inde-
pendencia mental los conducirá a mostrar, con cortesía pero con
firmeza, que el ridículo es un pobre sustituto de los argumentos
sólidos. Los capacitará para mirar más allá del burlador a quien
lo dirige, el adversario de Dios y del hombre, y a resistirlo en la
persona de su agente.—
The Review and Herald, 26 de agosto de
1884
;
Fundamentals of Christian Education, 88,89
.
Se necesita independencia mental
—Hay hombres que se li-
sonjean de que podrían hacer algo grande y bueno si se hallasen en
diferentes circunstancias, mientras que no hacen uso de las faculta-
des que ya tienen, trabajando en las posiciones en que los colocó
la Providencia. [El hombre puede formar sus circunstancias, pero