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Mente, Cáracter y Personalidad 1
completo de la mente y la voluntad de los niños que están bajo su
cuidado, dejarían de jactarse si pudiesen ver la vida futura de los
niños así dominados por la fuerza o el temor. Carecen casi comple-
tamente de preparación para compartir las severas responsabilidades
de la vida. Cuando estos jóvenes ya no estén bajo el cuidado de sus
padres y maestros, y estén obligados a pensar y actuar por su cuenta,
es casi seguro que seguirán una conducta errónea y cederán al poder
de la tentación. No tienen éxito en esta vida; y se advierten las
mismas deficiencias en su vida religiosa.—
Joyas de los Testimonios
1:316, 317 (1872)
.
La disciplina que estimula y fortalece
—Después de la disci-
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plina del hogar y la escuela, todos tienen que hacer frente a la severa
disciplina de la vida. La forma de hacerlo sabiamente constituye una
lección que debería explicarse a todo niño y joven. Es cierto que
Dios nos ama, que obra para nuestra felicidad y que si siempre se
hubiese obedecido su ley nunca habríamos conocido el sufrimiento;
y no menos cierto es que, en este mundo, toda vida tiene que so-
brellevar sufrimientos, penas y preocupaciones como resultado del
pecado. Podemos hacer a los niños y jóvenes un bien duradero si les
enseñamos a afrontar valerosamente esas penas y preocupaciones.
Aunque les debemos manifestar simpatía, jamás debería ser de tal
suerte que los induzca a compadecerse de sí mismos. Por el contra-
rio, necesitan algo que estimule y fortalezca, y no que debilite.—
La
Educación, 295 (1903)
.
La reacción a las reglas rigurosas
—No introduzca ni una sola
partícula de aspereza en su disciplina. No establezca prohibiciones
rígidas para los jóvenes. Son estas reglas y prohibiciones rigurosas
las que a veces los llevan a sentir que deben hacer las cosas que
precisamente se les indica que no deben hacer y las harán. Cuando
advierta o reprenda a los jóvenes, hágalo como quien tiene un interés
especial en ellos. Que ellos vean que usted tiene un deseo ferviente
de que logren un buen registro en los libros del cielo.—
Medical
Ministry, 180 (1902)
.
Es difícil para los jóvenes llevar cargas
—Los jóvenes pueden
ejercer una poderosa influencia si renuncian a su orgullo y egoísmo
y se dedican a Dios; pero en general no quieren llevar cargas por
otros. Ellos mismos deben ser llevados por otros. Ha llegado el
tiempo en que Dios demanda un cambio en este aspecto. El llama