Página 271 - Mente, C

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Apasionamiento y amor ciego
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agradables y le ha mostrado cuadros encantadores de alguien que él
le presenta como una compañera más apropiada para usted que la
esposa de su juventud, la madre de sus hijos.
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Satanás está trabajando sutil e incansablemente para provocar su
caída mediante sus engañosas tentaciones. Está decidido a llegar a
ser su maestro, y usted necesita ahora ponerse donde pueda obtener
fuerzas para resistirlo. El espera conducirlo a los laberintos del
espiritismo. El espera desviar los afectos de usted a su esposa y
fijarlos sobre otra mujer. El desea que usted permita que su mente
considere a esta mujer hasta que por un afecto no santificado ella
llegue a ser su dios.
El enemigo de las almas ha ganado mucho cuando puede condu-
cir la imaginación de uno de los centinelas escogidos de Jehová a
detenerse a considerar las posibilidades de asociarse, en el mundo
venidero, con algunas mujeres a quien ama, y de formar allí una
familia. No necesitamos esos cuadros halagadores. Todos ellos se
originan en la mente del tentador...
Se me ha mostrado que las fábulas espirituales están cautivando
a muchos. Sus mentes son sensuales, y a menos que se produzca un
cambio, los llevarán a la ruina. A todos los que se complacen en estas
fantasías no santificadas les diría: Deténganse; por amor a Cristo,
deténganse donde están. Están en terreno prohibido. Arrepiéntanse,
les suplico, y conviértanse.—
Medical Ministry, 100, 101 (1903)
.
El amor libre
—He visto el resultado de esas ideas fantásticas
[espiritistas y panteístas] con respecto a Dios; son la apostasía, el
espiritismo, el amor libre. El amor libre, al que tienden esas en-
señanzas, estaba tan bien disimulado que era difícil, al principio,
darse cuenta de su verdadero carácter. Hasta que el Señor me hubo
presentado el asunto, no sabía cómo llamarlo, pero he recibido la
orden de llamarlo amor espiritual impío.—
Joyas de los Testimonios
3:270 (1904)
.
El amor no es sentimentalismo
—El amor y la simpatía que
Jesús quisiera que brindáramos a los demás no tiene sabor a senti-
mentalismo, que es una trampa para el alma; es un amor de origen
celestial, que Jesús practicó por precepto y ejemplo. Pero en lugar
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de manifestar ese amor, nos sentimos separados y enajenados los
unos de los otros... El resultado es una separación de Dios, una ex-