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Principios de motivación
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ocupado un puesto de responsabilidad, pero por falta de energía,
aplicación o perseverancia, se contentan con un puesto más fácil.—
La Educación, 267 (1903)
.
Grandes posibilidades en la vida
—Y en cuanto a las posibili-
dades de la vida, ¿quién es capaz de decidir cuál es grande y cuál
pequeña? ¡Cuántos obreros que ocupan lugares humildes en la vida,
al crear factores de bendición para el mundo, han logrado resultados
que los reyes envidiarían!—
La Educación, 266 (1903)
.
“Algo mejor”—la ley de la verdadera vida
—“Algo mejor”,
es el santo y seña de la educación, la ley de toda vida verdadera.
Al pedirnos Cristo que abandonemos alguna cosa, nos ofrece en su
lugar otra mejor.
A menudo los jóvenes albergan propósitos y anhelan ocupacio-
nes y placeres que no parecen malos, pero que distan mucho de ser
buenos. Desvían la vida de su más noble propósito. Las medidas
arbitrarias o la acusación directa pueden no servir para inducir a
esos jóvenes a renunciar a lo que desean. Diríjaseles a algo mejor
que la ostentación, la ambición o la complacencia. Póngaselos en
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contacto con una belleza más verdadera, con principios más elevados
y con vidas más nobles. Permítaseles ver a Aquel que es “del todo
amable”.
Una vez que la mirada se fija en él, la vida halla su centro. El
entusiasmo, la devoción generosa, el ardor apasionado de la juventud
hallan en esto su verdadero objeto. El deber llega a ser un deleite y el
sacrificio un placer. Honrar a Cristo, asemejarse a él, es la ambición
superior de la vida, y su mayor gozo.—
La Educación, 296, 297
(1903)
.
Desarrollar las motivaciones más elevadas para progresar
Los que se están preparando para ser médicos y enfermeros deberían
recibir una instrucción diaria que desarrollará las motivaciones más
elevadas para el progreso. Deberían asistir a nuestros colegios y
escuelas de preparación; y los maestros de estas instituciones de
enseñanza deberían percibir su responsabilidad de trabajar y orar con
los estudiantes. En estas escuelas, los estudiantes deberían aprender a
ser verdaderos misioneros médicos, firmemente unidos al ministerio
evangélico.—
Special Testimonies, Serie B, 11:12
, 14 de nov. de
1905.