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Mente, Cáracter y Personalidad 1
La falta de metas del hombre insensato
—Los ideales de este
hombre no eran más elevados que los de las bestias que perecen.
Vivía como si no hubiese Dios, ni cielo, ni vida futura; como si
todo lo que poseía fuese suyo propio, y no debiese nada a Dios ni al
hombre. El salmista describió a este hombre rico cuando declaró:
“Dijo el necio en su corazón: No hay Dios”.—
Palabras de Vida del
Gran Maestro, 202; 176 (1900)
.
Una vida sin metas es una muerte viviente
—Una vida sin
metas es una muerte viviente. La mente debería espaciarse en temas
relacionados con nuestros intereses eternos. Esto favorecerá la salud
del cuerpo y de la mente.—
The Review and Herald, 29 de julio de
1884
;
Counsels on Health, 51
.
[352]
Los hongos se arraigan en la falta de metas
—Una de las prin-
cipales causas de la ineficacia mental y la debilidad moral es la falta
de concentración para lograr fines importantes. Nos enorgullecemos
de la vasta difusión de las publicaciones, pero esa gran cantidad de
libros—aun de los que en sí mismos no son perjudiciales—puede
ser definidamente dañina...
Gran parte de los periódicos y libros que, como las ranas de
Egipto, se esparcen por la tierra, no son solamente vulgares, inútiles
y debilitantes, sino que corrompen y destruyen el alma.
La mente y el corazón indolentes, que no tienen propósito defi-
nido, son fácil presa del maligno. El hongo se arraiga en organismos
enfermos, sin vida. Satanás instala su taller en la mente ociosa.
Diríjase la mente a ideales elevados y santos, dése a la vida un pro-
pósito noble, absorbente, y el enemigo hallará poco terreno para
afirmarse.—
La Educación, 189, 190 (1903)
.
La falta de metas predispone a la intemperancia
—A fin de
llegar a la raíz de la intemperancia, debemos ir más allá del uso del
alcohol o el tabaco. La ociosidad, la falta de ideales, las malas compa-
ñías, pueden ser las causas que predisponen a la intemperancia.—
La
Educación, 202, 203 (1903)
.
Pocos males deben ser más temidos
—Pocos males deben ser
más temidos que la indolencia y la falta de propósito. Sin embargo,
la tendencia de la mayor parte de los deportes atléticos es causa
de preocupación para los que se interesan en el bienestar de la
juventud... Estimulan el amor al placer y a la excitación, fomentan la
antipatía hacia el trabajo útil, y desarrollan una disposición a evitar