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Principios de motivación
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las responsabilidades y deberes prácticos. Tienden a destruir el gusto
por las realidades serias de la vida y sus apacibles satisfacciones. Así
se abre la puerta a la disipación y a la ilegalidad, con sus terribles
resultados.—
La Educación, 210, 211 (1903)
.
[353]
Ninguno ha de vivir sin metas
—Todos deben ministrar. El [el
que ministra] debe usar cada facultad física, moral y mental por
medio de la santificación del Espíritu para que pueda colaborar con
Dios. Todos están moralmente obligados a dedicarse activamente y
sin reservas al servicio de Dios. Deben cooperar con Jesucristo en
la gran obra de ayudar a otros. Cristo murió por cada ser humano.
Ha rescatado a cada uno dando su vida en la cruz. Hizo esto para
que el hombre no viviera una vida egoísta y sin objeto, sino para
que pudiera vivir para Jesucristo quien murió por su salvación. No
todos están llamados a entrar en el ministerio, y sin embargo deben
ministrar a otros. Es un insulto para el Espíritu Santo de Dios el que
alguien prefiera una vida de complacencia propia.—
Carta 10, 1897
;
Comentario Bíblico Adventista 4:1181
.
Deben cultivarse los motivos correctos
—Los verdaderos mo-
tivos del servicio han de ser mantenidos ante ancianos y jóvenes. Se
debe enseñar a los estudiantes de tal manera que se desarrollen como
hombres y mujeres útiles. Se ha de emplear todo medio que los eleve
y ennoblezca. Se les ha de enseñar a usar de la mejor manera posible
sus facultades. Los poderes físicos y mentales deben ser ejercitados
por igual. Se deben cultivar hábitos de orden y disciplina. Ha de
mantenerse ante los estudiantes el poder que ejerce una vida pura
y fiel. Esto les ayudará en la preparación para el servicio útil. Dia-
riamente crecerán más puros y fuertes, mejor preparados mediante
la gracia de Dios y el estudio de su Palabra para realizar esfuerzos
agresivos contra el mal.—
The Review and Herald, 22 de agosto de
1912
;
Fundamentals of Christian Education, 543
.
Los actos revelan las motivaciones
—Los actos revelan los
principios y las motivaciones. Muchos que pretenden ser plantas en
la viña del Señor llevan frutos que muestran que son sólo espinos
y zarzas. Una iglesia entera puede aprobar la conducta equivocada
de algunos de sus miembros, pero esa sanción no demuestra que el
error sea correcto. No se pueden transformar en uvas los frutos de
[354]
las zarzas.—
Testimonies for the Church 5:103 (1882)
.