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Mente, Cáracter y Personalidad 1
Se juzgarán los motivos, no las apariencias
—Es un deber im-
portante para todos familiarzarse con el tenor de su conducta diaria
y con los motivos que impulsan sus actos. Necesitan conocer los
motivos específicos que impulsan los actos específicos. Cada hecho
de su vida es juzgado, no por su apariencia externa, sino por los
motivos que dictan ese acto.—
Testimonies for the Church 3:507
(1875)
.
Los seguidores de Cristo encuentran nuevas motivaciones
Ninguna ciencia equivale a la que desarrolla el carácter de Dios
en la vida del estudiante. Los que llegan a ser discípulos de Cristo
encuentran que se les proporcionan nuevos motivos de acción y que
adquieren nuevos pensamientos, de los que deben resultar nuevas
acciones. Pero los tales pueden progresar únicamente por medio de
conflictos; porque hay un enemigo que contiende siempre contra
ellos, presentándoles tentaciones que hacen que el alma dude y
peque. Hay tendencias al mal, hereditarias y cultivadas, que deben
ser vencidas. El apetito y la pasión han de ser puestos bajo el dominio
del Espíritu Santo. No tiene término la lucha de este lado de la
eternidad. Pero, aunque hay que sostener batallas constantes, también
hay preciosas victorias que ganar; y el triunfo sobre el yo y el pecado
es de más valor de lo que la mente puede estimar.—
Consejos para
los Maestros Padres y Alumnos, 21; 20 (1913)
.
Dos poderes motivadores contrarios
—La Biblia es su propio
intérprete. Debe compararse texto con texto. El estudiante debería
aprender a considerar la Biblia como un todo y a ver la relación
que existe entre sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su
gran tema central, del propósito original de Dios hacia el mundo,
del comienzo de la gran controversia y de la obra de la redención.
Debería comprender la naturaleza de los dos principios que luchan
por la supremacía, y aprender a rastrear su obra a través de las cró-
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nicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación. Debería
verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la
vida humana; cómo en su mismo caso cada acto de su vida revela
uno u otro de esos dos motivos antagónicos; y cómo, consciente o
inconscientemente, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la
contienda se va a encontrar.—
La Educación, 190 (1903)
.
Todo acto tiene un carácter doble
—Todo curso de acción tie-
ne un doble carácter e importancia. Es virtuoso o malo, correcto