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Capítulo 4—Las influencias espirituales y la mente
Religión y salud
—La religión personal es de suprema importan-
cia. Juan escribió a Gayo: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado
en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
3 Juan 2
. La salud del cuerpo depende mayormente de la salud del
alma; por lo tanto, si comemos o bebemos, o si hacemos cualquier
otra cosa, hagámoslo todo para gloria de Dios. La religión personal
se revela por la conducta, las palabras y las acciones. Produce creci-
miento hasta que finalmente, la perfección reclama la alabanza del
Señor: “Vosotros estáis completos en él”.
Colosenses 2:10
.—
Carta
117, 1901
.
La religión pura produce serenidad, compostura y fortale-
za
—La religión pura y sin mácula no es un sentimiento, sino la
realización de obras de misericordia y amor. Esta religión es necesa-
ria para la salud y la felicidad. Entra en el templo contaminado del
alma y con un látigo echa a los intrusos pecaminosos. Ocupando el
trono, consagra todo con su presencia, iluminando el corazón con
los brillantes rayos del Sol de Justicia. Abre las ventanas del alma
hacia el cielo, permitiendo entrar la luz del sol del amor de Dios.
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Con ella entran la serenidad y la compostura. Aumentan el poder
físico, mental y moral, porque la atmósfera del cielo, como un agente
viviente y activo, llena el alma. Cristo es formado en lo íntimo, la
esperanza de gloria.—
The Review and Herald, 15 de octubre de
1901
;
El Ministerio de la Bondad, 42
.
Dios es la fuente de vida y gozo
—Dios es la fuente de vida, luz
y gozo para el universo. Como los rayos de la luz del sol, como las
corrientes de agua que brotan de un manantial vivo, las bendiciones
descienden de El a todas sus criaturas. Y dondequiera que la vida de
Dios esté en el corazón de los hombres, inundará a otros de amor y
bendición.—
El Camino a Cristo, 77 (1892)
.
Todos reciben la vida de Dios
—Todos los seres creados viven
por la voluntad y el poder de Dios. Son recipientes de la vida del Hijo
de Dios. No importa cuán capaces y talentosos sean, no importa cuán
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