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Mente, Cáracter y Personalidad 1
Establecer reglas de hierro para los demás deshonra a
Dios
—Dios no vindicará ningún artificio mediante el cual el hombre
gobierne u oprima en el más leve grado a sus semejantes. Tan pronto
como un hombre comienza a establecer una regla de hierro para los
otros hombres, deshonra a Dios y pone en peligro su propia alma
y las almas de sus hermanos.—
Testimonies for the Church 7:181
(1902)
.
Se necesita el equilibrio de mentes diferentes
—Aquí estamos
reunidos—con mentes diferentes, educación diferente, y adiestra-
miento diferente—, y no esperamos que toda mente siga el mismo
cauce; pero la pregunta es: ¿Estamos nosotros, las diferentes ramas,
injertados en la Vid verdadera? Esto es lo que deseamos saber, y
queremos preguntárselo tanto a los maestros como a los alumnos.
Queremos entender si estamos realmente injertados en la Vid ver-
dadera. Si lo estamos, podemos tener modales diferentes, tonos y
voces diferentes. Usted puede considerar las cosas desde un punto
de vista, y nosotros tener ideas diferentes los unos de los otros con
respecto a las Escrituras, no en oposición a ellas, sino que nues-
tras ideas pueden ser distintas. Mi mente puede seguir una línea
de pensamiento que me resulta más familiar, y otro puede pensar
y tomar una posición de acuerdo con sus rasgos de carácter, y ver
un interés muy profundo en un aspecto de ello que los demás no
ven.—
Manuscrito 14, 1894
.
El hisopo, el cedro y la palmera
—En todas las disposiciones
del Señor, no hay nada más hermoso que su plan de dar a los hombres
y mujeres una diversidad de dones. La iglesia es su jardín, adornado
con una variedad de árboles, plantas y flores. El no espera que el
hisopo asuma las proporciones de un cedro, ni que el olivo alcance
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la altura de la palmera majestuosa. Muchos han recibido solamente
una educación religiosa e intelectual limitada, pero Dios tiene una
obra para esta clase de personas, si ellas trabajan con humildad,
confiando en él.—
El Evangelismo, 77 (1902)
.
Los caracteres son tan variados como las flores
—De la in-
terminable variedad de plantas y flores, podemos aprender una im-
portante lección. Todas las flores no son las mismas en forma ni
en color. Algunas poseen virtudes sanadoras. Otras tienen siempre
fragancia. Hay cristianos profesos que piensan que es su deber hacer
que todos los demás cristianos sean iguales a ellos mismos. Este es