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Mente, Cáracter y Personalidad 1
exigir a los estudiantes que capten las estupendas verdades de la
revelación. La mente se adapta gradualmente a los temas sobre los
que se le permite detenerse. Si se la ocupa sólo con cosas comunes,
con la exclusión de temas grandiosos y elevados, se empequeñecerá
y debilitará. Si nunca se le exige que luche con problemas difíciles
o se esfuerce por comprender verdades importantes, después de un
tiempo casi habrá perdido el poder de crecer.—
Testimonies for the
Church 5:24 (1882)
.
Aceptarla con fe sencilla
—Dios desea que el hombre ejercite
sus facultades de raciocinio; y el estudio de la Biblia fortalecerá
y elevará el intelecto como ningún otro estudio puede hacerlo. Es
el mejor ejercicio intelectual y espiritual para la mente humana.
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Sin embargo, no debemos endiosar la razón, que está sujeta a la
debilidad y flaqueza de la humanidad.
Si no queremos que las Escrituras queden veladas para nuestro
entendimiento, de manera que no podamos comprender las más cla-
ras verdades, debemos tener la sencillez y fe de un niñito, estar listos
para aprender y solicitar la ayuda del Espíritu Santo. Un sentido del
poder y la sabiduría de Dios y de nuestra incapacidad para com-
prender su grandeza, debe inspirarnos humildad, y debemos abrir
su Palabra con tanta reverencia como si entráramos en su presencia.
Cuando acudimos a la Biblia, la razón debe reconocer una autoridad
superior a ella, y el corazón y el intelecto deben inclinarse ante el
gran YO SOY.—
Joyas de los Testimonios 2:308 (1889)
.
No estudiar nada que anuble la Palabra de Dios
—Jesucristo
es nuestra piedra de toque espiritual. El revela al Padre. No se
debería dar como alimento al cerebro nada que traiga ante la mente
una nube o una neblina con respecto a la Palabra de Dios. No debería
prestarse una atención descuidada con respecto al cultivo del suelo
del corazón. La mente debe estar preparada para apreciar el trabajo
y las palabras de Cristo, porque El vino del cielo para despertar
un deseo y dar el pan de vida a todos los que tienen hambre del
conocimiento espiritual.—
Manuscrito 15, 1898
.
Las Escrituras reconocen la libertad de elección moral del
hombre
—Cuando investigamos la Palabra de Dios, los ángeles están
a nuestro lado, reflejando brillantes rayos de luz sobre sus páginas
sagradas. Las Escrituras se dirigen al hombre porque tiene poder de
elegir entre el bien y el mal; le hablan con advertencias, reproches,