Página 120 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
con la orden: “Todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo
todo” (
Colosenses 3:17
) “para la gloria de Dios”.
1 Corintios 10:31
.
Las leyes de justicia y equidad de Dios deben ser estrictamente
obedecidas en las transacciones entre vecino y vecino, hermano y
hermano. Hemos de buscar el orden perfecto y la justicia perfecta,
de acuerdo con la similitud propia de Dios. Sólo así nuestras obras
soportarán la prueba del juicio...
El cristianismo se ha de revelar en el más tierno afecto mutuo.
La vida cristiana está compuesta de deberes y privilegios cristianos.
En su sabiduría, Cristo dio a su iglesia, en su infancia, un sistema
de sacrificios y ofrendas de las cuales él mismo era el fundamento
y mediante las cuales se prefiguraba su muerte. Cada sacrificio lo
indicaba como el Cordero muerto desde la fundación del mundo,
para que todos pudieran comprender que la paga del pecado es
muerte. En él no había pecado, y sin embargo murió por nuestros
pecados.
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El sistema simbólico de ceremonias tenía un fin: la vindicación
de la ley de Dios, para que todos los que creen en Cristo pudieran
llegar “a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
Efesios 4:13
. En la obra cristiana hay amplio lugar para la actividad
de todos los dones que Dios ha dado. Todos se han de unir para
realizar los requerimientos de Dios, revelando en cada paso aquella
fe que obra por el amor y purifica el alma.
Cristo ha de recibir supremo amor de parte de los seres que ha
creado. Y requiere que el hombre fomente una consideración sa-
grada por sus prójimos. Cada alma salvada lo será por el amor que
comienza con Dios. La verdadera conversión es un cambio del egoís-
mo al amor santificado para Dios y al amor mutuo entre los hombres.
¿Harán una reforma completa los adventistas del séptimo día para
que sus almas manchadas por el pecado puedan ser limpiadas de la
lepra del egoísmo?
Debo hablar la verdad a todos. Los que han aceptado la luz de
la Palabra de Dios, nunca, nunca han de dejar la impresión en las
mentes humanas de que Dios tolerará sus pecados. Su Palabra define
el pecado como la transgresión de la ley.—
Manuscrito 16, 1901
.