Exhortaciones especiales en el ministerio público
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Cuando ella comenzó su obra en Suiza
Fueron preciosos el sábado y el domingo
El Señor [me] bendijo
especialmente al hablar el domingo de tarde. Al terminar el discurso,
se presentó una invitación a todos los que deseaban ser cristianos, y
que pasaran adelante todos los que sentían que no tenían una relación
viviente con Dios, para que pudiéramos unir nuestras oraciones con
las de ellos en procura del perdón de los pecados y de la gracia para
resistir la tentación.
Esto fue una nueva experiencia para muchos, pero no vacilaron.
Pareció que toda la congregación se puso de pie y lo mejor que
pudieron hacer fue sentarse y buscar todos juntos al Señor. Aquí
estaba una congregación entera manifestando su determinación de
apartarse del pecado y ocuparse más fervientemente en la obra de
buscar a Dios. Después de la oración, se dieron 115 testimonios.
Muchos de ellos demostraron una genuina experiencia en las cosas
de Dios (
Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-
day Adventists
[Bocetos históricos de las misiones extranjeras de los
adventistas del séptimo día], pp. 173).
En Cristianía [Oslo], Noruega
Pasamos dos semanas en Cristianía y trabajamos fervientemente
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por la iglesia. El Espíritu de Dios me movió a dar un testimonio
muy claro. Especialmente durante la última reunión, les presenté
la necesidad de un cambio completo en el carácter si querían ser
hijos de Dios... Los insté a que comprendieran la necesidad de un
arrepentimiento profundo, la confesión y el abandono de los peca-
dos que habían ahuyentado al dulce espíritu de Cristo de la iglesia.
Llamamos entonces para que pasaran al frente los que querían co-
locarse decididamente del lado del Señor. Muchos respondieron.
Se hicieron algunas buenas confesiones y se presentaron fervientes
testimonios.—
The Review and Herald, 19 de octubre de 1886
.
En el congreso de la Asociación Suiza, celebrado en Basilea en 1885.