Página 168 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
que repitan y repitan hasta el fin de sus días la experiencia por la
cual pasaron, así como el apóstol Juan lo hizo hasta el fin de su vida.
Y los portaestandartes que han caído en la muerte han de hablar
a través de la reimpresión de sus escritos. Se me ha instruido que
así han de ser oídas sus voces. Han de dar testimonio de lo que
constituye la verdad para este tiempo.
No hemos de recibir las palabras de los que vienen con un
mensaje que contradice los puntos especiales de nuestra fe. Reúnen
un montón de versículos y los amontonan como una prueba en torno
de las teorías que afirman. Esto ha sido hecho vez tras vez durante los
últimos cincuenta años. Y al paso que las Escrituras son la Palabra
de Dios y han de ser respetadas, es un gran error la aplicación de
ellas, si tal aplicación mueve un puntal del fundamento que Dios ha
sostenido durante estos cincuenta años. El que hace tal aplicación
no conoce la maravillosa demostración del Espíritu Santo que dio
poder y fuerza a los mensajes pasados que han venido al pueblo de
Dios.
Las pruebas del pastor G no son dignas de confianza. Si se las
recibiera, destruirían la fe del pueblo de Dios en la verdad que nos
ha hecho lo que somos.
Debemos ser decididos en este asunto, pues no son correctos los
puntos que él trata de probar mediante las Escrituras. No prueban
que la experiencia pasada del pueblo de Dios fue un engaño. Tu-
vimos la verdad; fuimos dirigidos por los ángeles de Dios. Bajo la
dirección del Espíritu Santo fue dada la presentación del tema del
santuario. Los que no participaron en los lineamientos de nuestra
fe se mostrarán elocuentes en guardar silencio. Dios nunca se con-
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tradice. Las pruebas bíblicas están mal aplicadas si se las fuerza
para testificar de lo que no es verdadero. Se levantarán otro y otro
más y presentarán lo que pretendan que es gran luz y expondrán sus
declaraciones. Pero nos mantenemos fieles a los hitos antiguos. Se
cita
1 Juan 1:1-10
.
Se me instruyó a decir que podemos usar estas palabras como
apropiadas para este tiempo, pues ha llegado el tiempo cuando debe
darse al pecado el nombre que le corresponde. Estamos estorbados
en nuestra obra por hombres que no están convertidos, que procuran
su propia gloria. Les agrada que se piense que son originadores de
nuevas teorías que presentan pretendiendo que son verdad. Pero