Página 167 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Qué predicar y qué no predicar
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mó, como se encuentran en el Antiguo y en el Nuevo Testamento,
debemos proclamarlas hoy como el mensaje del Dios viviente.
Los que desean el pan de vida, vayan a las Escrituras, no a las
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enseñanzas de hombres finitos y falibles. Dad a la gente el pan de
vida que Cristo vino a traernos del cielo. No mezcléis con vuestras
enseñanzas suposiciones humanas y conjeturas. Ojalá todos supieran
cuánto necesitan comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios:
hacer de sus palabras una parte de sus vidas.—
Manuscrito 44, 1904
.
Nuestra fe establecida sobre la verdad
Anhelo diariamente poder cumplir un doble deber. Le he esta-
do rogando al Señor que me dé vigor y sabiduría para reproducir
los escritos de los testigos que fueron confirmados en la fe en los
primeros tiempos del mensaje. Después de que pasó el tiempo en
1844, recibieron la luz y caminaron en la luz; y cuando se presenta-
ron hombres que pretendían tener nueva luz, con sus maravillosos
mensajes acerca de varios puntos de las Escrituras, nosotros, por
la operación del Espíritu Santo, teníamos testimonios precisos y
apropiados, que anularon la influencia de tales mensajes, tales como
el que el pastor G estuvo ocupado en presentar
Este pobre hombre
ha estado trabajando decididamente en contra de la verdad que ha
confirmado el Espíritu Santo.
Cuando el poder de Dios testifica en cuanto a lo que es verdad,
esa verdad ha de mantenerse para siempre. No se ha de dar cabida a
ninguna suposición posterior contraria a la luz que Dios ha dado. Se
levantarán hombres con interpretaciones de las Escrituras que son
verdad para ellos, pero que no son verdad. La verdad para este tiempo
nos ha sido dada por Dios como un fundamento para nuestra fe. El
mismo nos ha enseñado lo que es verdad. Se levantará uno, y después
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otro, con nueva luz que contradiga la luz que Dios ha dado mediante
la demostración de su Espíritu Santo. Todavía están vivos unos
pocos que pasaron por la experiencia ganada en el establecimiento
de esta verdad. Bondadosamente Dios ha preservado sus vidas para
Se hace referencia aquí a ciertas enseñanzas sobre la cuestión del santuario—en
desacuerdo con las que sostuvieron los adventistas del séptimo día a través de los años—,
que negaban el cumplimiento de la profecía en 1844 y repudiaban el ministerio de Cristo
en el juicio investigador.—
Los compiladores
.