260
Mensajes Selectos Tomo 1
es para con Dios, para expiar los pecados del pueblo. Porque en
cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer
a los que son tentados”.
Hebreos 2:16-18 (VRV)
.
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compa-
decerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo
según nuestra semejanza, pero sin pecado”.
Hebreos 4:15
.
“Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es
constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para
que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se
muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él
también está rodeado de debilidad; y por causa de ella debe ofrecer
por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios,
como lo fue Aarón. Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo
haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo
te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres
sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. Y Cristo, en
los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor
y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de
su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió
la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación para todos los que le obedecen”.
Hebreos 5:1-9
.
Jesús vino para traer un poder moral que se combine con el es-
fuerzo humano, y en ningún caso sus seguidores deben tomarse la
libertad de perder de vista a Cristo, que es su ejemplo en todas las
[307]
cosas. El dijo: “Por ellos yo me santifico a mí mismo, para que tam-
bién ellos sean santificados en la verdad”.
Juan 17:19
. Jesús presenta
la verdad delante de sus hijos para que puedan contemplarla, y para
que contemplándola puedan ser cambiados, siendo transformados
por su gracia, de la transgresión a la obediencia, de la impureza a
la pureza, del pecado a la santidad del corazón y a la rectitud de la
vida.
* * * * *