Una verdad que lleva las credenciales divinas
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a grandes extremos en este punto. Ha enseñado con gran celo: “Tan
sólo creed en Cristo, y seréis salvos; pero ¡basta de la ley de Dios!”
Esta no es la enseñanza de la Palabra de Dios. No hay fundamento
para una fe tal. Esta no es la preciosa gema de verdad que Dios ha
dado para su pueblo en este tiempo. Esta doctrina descarría a las
almas honradas. La luz de la Palabra de Dios revela el hecho de que
la ley debe ser proclamada. Cristo debe ser exaltado porque es un
Salvador que perdona la transgresión, la iniquidad y el pecado, pero
que de ningún modo justificará al alma impía que no se arrepiente.—
The Review and Herald, 13 de agosto de 1889
.
El mensaje da fruto
Estamos realizando reuniones excelentes. No existe aquí el es-
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píritu que hubo en la reunión de Minneapolis. Todo se mueve en
armonía. Hay una gran asistencia de delegados. Tiene buena asis-
tencia nuestra reunión de las cinco de la mañana, y las reuniones
son buenas. Todos los testimonios que he escuchado han sido de un
carácter elevador. Dicen que el año pasado ha sido el mejor de su
vida. La luz que brilla de la Palabra de Dios ha sido clara y nítida: la
justificación por la fe, Cristo nuestra justicia. Las experiencias han
sido muy interesantes.
He asistido a todas las reuniones de la mañana con excepción de
dos. A las ocho, el Hno. Jones habló acerca del tema de la justifica-
ción por la fe, y se manifestó un gran interés. Hay un crecimiento en
la fe y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Hay un buen número que no han tenido una oportunidad de oír antes
en cuanto a este tema, pero lo están recibiendo y están siendo ali-
mentados con grandes bocados de la mesa del Señor. El testimonio
universal de los que han hablado ha sido que este mensaje de luz y
perfección, que recibían según ellos del Espíritu Santo, al paso que sostenían que estaban
liberados de la obligación de obedecer los Diez Mandamientos.—
Nota del traductor
.
lena G. de White informa acerca de los frutos del mensaje de la justificación por
la fe observados en el Congreso de la Asociación General, de 1889, de Battle Creek,
Míchigan, del 18 de octubre al 5 de noviembre. La referencia al espíritu manifestado
en Minneápolis tiene que ver con la situación que surgió a raíz de la manera en que
se encaró el estudio de la Biblia en el congreso de 1888, celebrado en Minneápolis, en
forma de discusión y debate, acompañado, de parte de algunos, de críticas y mofas.—
Los
compiladores
.