Página 367 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Cristo, el camino de la vida
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a la ley. La ley demanda justicia, y ante la ley, el pecador debe
ser justo. Pero es incapaz de serlo. La única forma en que puede
obtener la justicia es mediante la fe. Por fe puede presentar a Dios
los méritos de Cristo, y el Señor coloca la obediencia de su Hijo
en la cuenta del pecador. La justicia de Cristo es aceptada en lugar
del fracaso del hombre, y Dios recibe, perdona y justifica al alma
creyente y arrepentida, la trata como si fuera justa, y la ama como
ama a su Hijo. De esta manera, la fe es imputada a justicia y el alma
perdonada avanza de gracia en gracia, de la luz a una luz mayor.
Puede decir con regocijo: “No por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó
en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para
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que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme
a la esperanza de la vida eterna”.
Tito 3:5-7
.
También está escrito: “Mas a todos los que le recibieron, a los
que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni
de voluntad de varón, sino de Dios”.
Juan 1:12, 13
. Jesús declaró:
“El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.
Juan
3:3
. “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en
el reino de Dios”.
Juan 3:5
. No se coloca delante de nosotros una
norma baja, pues hemos llegado a ser los hijos de Dios. Hemos de
ser salvados individualmente y, en el día del examen y de la prueba,
podremos ver la diferencia entre el que sirve a Dios y el que no
le sirve. Somos salvados como creyentes individuales en el Señor
Jesucristo.
Muchos se extravían porque piensan que pueden encaramarse
hasta el cielo, que deben hacer algo para merecer el favor de Dios.
Procuran mejorar mediante sus propios esfuerzos, sin ayuda. Esto
nunca lo pueden realizar. Cristo ha abierto el camino al morir como
nuestro sacrificio, al vivir como nuestro ejemplo, al llegar a ser
nuestro gran sumo sacerdote. El declara: “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida”.
Juan 14:6
. Si mediante algún esfuerzo propio
pudiéramos avanzar un paso hacia la escalera, las palabras de Cristo
no serían verdaderas. Pero cuando aceptemos a Cristo, aparecerán
las buenas obras como fructífera evidencia de que estamos en el