Capítulo 60—La relación de la fe y las obra
Cristo, Nuestra Justicia
Napier, Nueva Zelandia,
9 de abril de 1893
Hermano A. T. Jones,
Estuve asistiendo a una reunión, y se hallaba presente una gran
congregación. En mi sueño, Ud. disertaba sobre el tema de la fe
y la justicia imputada de Cristo por la fe. Ud. repitió varias veces
que las obras no significan nada, que no hay condiciones. El asunto
fue presentado de tal forma que me di cuenta que las mentes serían
confundidas y no recibirían la impresión correcta en cuanto a la fe
y las obras, y decidí escribirle. Ud. presentó este asunto demasiado
fuertemente. Hay condiciones para que recibamos la justificación,
la santificación y la justicia de Cristo. Sé lo que Ud. quiere decir,
pero Ud. deja una impresión equivocada en muchas mentes. Si bien
es cierto que las buenas obras no salvarán ni a una sola alma, sin
embargo es imposible que una sola alma sea salvada sin buenas
obras. Dios nos salva bajo la condición de que pidamos si queremos
recibir, busquemos si queremos encontrar y llamemos si queremos
que se nos abra la puerta.
Cristo se ofrece a sí mismo como dispuesto a salvar eternamente
a todo aquel que vaya a él. Invita a todos a que se acerquen a él. “Al
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que a mí viene, no le echo fuera”.
Juan 6:37
. Ud. enfoca estos temas
como yo lo hago, y sin embargo, debido a sus expresiones, hace que
estos temas resulten confusos para las mentes. Y después de que
Ud. se ha expresado radicalmente en cuanto a las obras, cuando se
le hacen preguntas acerca de este mismo tema, en su propia mente
el tema no está muy claramente definido, por lo cual Ud. no puede
definirles los principios correctos a otras mentes. Y Ud. mismo es
incapaz de hacer que sus declaraciones armonicen con sus propios
principios y su fe.
Apareció en
Notebook Leaflets,
La Iglesia, No. 5.
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