Página 379 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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La relación de la fe y las obras
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Esta es la prueba verdadera: efectuar las palabras de Cristo. Y
ésta es la evidencia del amor que el instrumento humano tiene por
Jesús, y el que hace la voluntad de Jesús, da al mundo la evidencia
práctica del fruto que manifiesta en obediencia, en pureza y en
santidad de carácter...
Hermano mío, camine cuidadosamente con Dios. Sin embargo,
recuerde que hay algunos cuyos ojos están intensamente pendientes
de Ud., esperando que Ud. vaya demasiado lejos, que tropiece y
caiga. Pero si se mantiene humildemente cerca de Jesús, todo saldrá
bien...
No hay un lugar en la escuela de Cristo donde nos graduemos.
Hemos de proceder de acuerdo con el plan de la suma, y el Señor
procederá de acuerdo con el plan de la multiplicación. Por la gracia
de Cristo, mediante constante diligencia viviremos de acuerdo con
el plan de la suma, haciendo segura nuestra vocación y elección...
“Porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta
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manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”.
2 Pedro 1:10, 11
.—
Carta
44, 1893
.
No transijáis con el pecado
Sed muy cuidadosos, mis hermanos, en cuanto a la forma de
presentar el tema de la fe y las obras ante los oyentes, no sea que las
mentes se confundan. La gente necesita que se la inste a ser diligente
en buenas obras. Debiera mostrársele cómo tener éxito, cómo ser
purificada, y sus ofrendas serán fragantes delante de Dios. Esto
es por virtud de la sangre de Cristo. Deben presentarse a la gente
mensajes de un carácter decidido. Los hombres deben ir reprobando
y reprochando toda forma de mal.
Si se da al ángel de cualquier iglesia una comisión como la que
fue dada al ángel de la Iglesia de Efeso, óigase el mensaje mediante
instrumentos humanos que reprochen el descuido, la apostasía y el
pecado a fin de que la gente sea inducida al arrepentimiento y a la
confesión del pecado. Nunca tratéis de ocultar el pecado, pues en el
mensaje de reproche Cristo ha de ser proclamado como el primero y
el último, como Aquel que es todo y en todo para el alma.