Página 380 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
El poder de Cristo está a la disposición de los que quieren vencer.
El que reprocha ha de animar a sus oyentes de modo que se esfuercen
en procura de la victoria. Ha de animarlos para que luchen en procura
de la liberación de cada práctica pecaminosa, que queden liberados
de cada hábito corrupto, aun cuando su negación del yo les sea como
arrancarse el ojo derecho o cortarse del cuerpo el brazo derecho.
No se debe hacer ninguna concesión a los malos hábitos o prácticas
pecaminosas ni se debe transigir con ellos.—
Manuscrito 26a, 1892
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La cooperación con Dios
El hombre ha de cooperar con Dios empleando cada facultad
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de acuerdo con la habilidad que Dios le ha dado. No ha de ser
ignorante en cuanto a cuáles son las prácticas correctas de comer
y beber y de todos los hábitos de la vida. El propósito de Dios es
que sus instrumentos humanos procedan como seres racionales y
responsables en todo sentido...
No podemos permitirnos descuidar ni un solo rayo de la luz que
Dios ha dado. Ser perezosos en nuestra práctica de aquellas cosas
que requieren diligencia es cometer un pecado. El agente humano
ha de cooperar con Dios y mantener en sujeción aquellas pasiones
que debieran ser sometidas. Para lograr esto, debe ser incansable en
sus oraciones a Dios y debe obtener siempre la gracia para regir su
espíritu, carácter y acciones. Mediante la gracia impartida de Cristo,
puede ser capacitado para vencer. Ser vencedor significa más que lo
que muchos suponen.
El Espíritu de Dios responderá al clamor de cada corazón arre-
pentido, pues el arrepentimiento es don de Dios y una evidencia de
que Cristo atrae al alma hacia él. Así como no podemos arrepen-
tirnos del pecado sin Cristo, tampoco podemos ser perdonados sin
Cristo. Y sin embargo es una humillación para el hombre con su
pasión humana y su orgullo el ir a Jesús directamente, creyendo y
confiando en él, para todo lo que necesita...
No presente nadie la idea de que el hombre tiene poco o nada
que hacer en la gran obra de vencer, pues Dios no hace nada para
el hombre sin su cooperación. Tampoco se diga que después de que
habéis hecho todo lo que podéis de vuestra parte, Jesús os ayudará.
Cristo ha dicho: “Separados de mí nada podéis hacer”.
Juan 15:5
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