Página 411 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Cómo hacer frente a un punto de doctrina controvertido
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de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende
a tus discípulos. El, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos
callaran, las piedras clamarían”.
Lucas 19:37-40
.
Los judíos trataron de detener la proclamación del mensaje que
había sido predicho en la Palabra de Dios, pero la profecía debía
cumplirse. El Señor dice: “He aquí, yo envío el profeta Elías, antes
que venga el día de Jehová, grande y terrible”.
Malaquías 4:5
. Al-
guien ha de venir en el espíritu y poder de Elías y, cuando aparezca,
quizá digan los hombres: “Tú eres demasiado celoso, no interpretas
las Escrituras de la debida manera. Permíteme que te diga cómo
enseñar tu mensaje”.
Hay muchos que no pueden distinguir entre la obra de Dios y la
del hombre. Diré la verdad como Dios me la da a mí, y digo ahora: Si
continuáis encontrando faltas y teniendo un espíritu de desavenencia,
nunca conoceréis la verdad. Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo
muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar”.
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Juan 16:12
. No estaban en condición de apreciar las cosas sagradas y
eternas, pero Jesús prometió enviar el Consolador que les enseñaría
todas las cosas y les haría recordar todas las cosas que él les hubiera
dicho. Hermanos, no debemos poner nuestra confianza en hombre.
“Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué
es él estimado?”
Isaías 2:22
. Debéis hacer depender vuestra alma
desvalida de Jesús. No es propio que bebamos de la fuente del
valle, cuando hay una fuente en la montaña. Dejemos las corrientes
más bajas. Vayamos a las corrientes más elevadas. Si hay un punto
de verdad que no comprendéis, en el cual no estáis de acuerdo,
investigad, comparad texto con texto, introducid profundamente el
barreno de la verdad en la mina de la Palabra de Dios. Debéis
colocaros a vosotros mismos y vuestras opiniones en el altar de
Dios, poner a un lado vuestras ideas preconcebidas y dejar que el
Espíritu del cielo os guíe a toda verdad.
Mi hermano dijo una vez que no escucharía nada acerca de las
doctrinas que sostenemos por temor de ser convencido. No quería
venir a las reuniones ni escuchar los discursos. Pero después declaró
que comprendía que era tan culpable como si los hubiera escuchado.
Dios le había dado una oportunidad para conocer la verdad y lo
haría responsable por esa oportunidad. Hay muchos entre nosotros
que tienen prejuicios contra las doctrinas que ahora se discuten. No