Página 44 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
delante de mí como fue presentada en visión y puedo escribir con
libertad. A veces las cosas que he visto están ocultas de mí después
que salgo de la visión y no puedo recordarlas hasta que soy llevada
delante de una congregación donde se aplica la visión. Entonces
vienen con fuerza a mi mente las cosas que he visto. Dependo
tanto del Espíritu del Señor para relatar o escribir una visión como
para tenerla. Es imposible que yo recuerde cosas que me han sido
mostradas a menos que el Señor las haga surgir delante de mí en el
momento que a él le place que yo las relate o escriba
Spiritual Gifts
2:292, 293
año 1860.
Aunque dependo tanto del Espíritu del Señor para escribir mis
visiones como para recibirlas, sin embargo las palabras que empleo
para describir lo que he visto son mías, a menos que sean las que
me habló un ángel, las que siempre incluyo entre comillas.—
The
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Review and Herald, 8 de octubre de 1867
.
Se levanta la pregunta: ¿Cómo sabe la Hna. White en cuanto a
los asuntos de los cuales habla tan decididamente, como si tuviera
autoridad para decir esas cosas? Hablo así porque brillan en mi
mente, cuando estoy en perplejidad, como un relámpago que sale
de una nube oscura en la furia de una tormenta. Algunas escenas
que fueron presentadas ante mí hace años, no han sido retenidas
en mi memoria, pero cuando es necesaria la instrucción entonces
dada, a veces, aun cuando estoy delante de la gente, el recuerdo
viene nítido y claro, como el destello de un relámpago, que me hace
recordar claramente esa instrucción particular. En tales ocasiones,
no puedo menos que decir las cosas que refulgen en mi mente, no
porque haya tenido una nueva visión, sino porque aquélla que me fue
presentada quizá hace años ha sido llevada a mi mente con fuerza.—
The Writing and Sending Out of the Testimonies [La redacción y
distribución de los testimonios], 24
.
No hay pretensión de infalibilidad
Tenemos muchas lecciones que aprender y muchísimas que des-
aprender. Sólo Dios y el cielo son infalibles. Quedarán chasqueados
los que piensan que nunca tendrán que abandonar un punto de vis-
ta favorito, que nunca tendrán la ocasión de cambiar una opinión.
Mientras nos aferremos a nuestras propias ideas y opiniones con