Página 61 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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La redacción y distribución de los Testimonios para la iglesia
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exangües, pero cuando comencé a hablar vieron que el color venía a
mis labios y rostro y supieron que se estaba efectuando un milagro
en mi favor. Estuve ante los hermanos sanada y hablé con libertad.
Después de este caso, se me explicó que el Señor me había
levantado para dar testimonio de él en muchos países y que me daría
gracia y vigor para la obra. También se me mostró que mi hijo W. C.
White debía ser mi ayudante y consejero y que el Señor colocaría
sobre él el espíritu de sabiduría y ecuanimidad. Se me mostró que el
Señor lo guiaría y que no sería descarriado, porque reconocería la
dirección y orientación del Espíritu Santo.
Se me dio la seguridad: “No estás sola en la obra que el Señor ha
elegido para que hagas. Serás enseñada de Dios en cuanto a la forma
de presentar la verdad en su sencillez delante de la gente. El Dios de
verdad te sostendrá, y se darán pruebas convincentes de que te está
guiando. Dios te dará de su Espíritu Santo, y su gracia, sabiduría y
poder protector estarán contigo...
“El Señor será tu instructor. Te encontrarás con influencias enga-
ñosas. Vendrán de muchas maneras, como panteísmo y otras formas
de incredulidad, pero anda donde yo te guiaré, y estarás segura. Pon-
dré mi Espíritu sobre tu hijo, y será fortalecido para hacer su obra.
Tiene la gracia de la humildad. El Señor lo ha elegido para efectuar
una importante parte en su obra. Para ese propósito nació”.
Este mensaje me fue dado en 1882, y desde entonces he estado
segura de que la gracia de la sabiduría le fue dada. Más reciente-
mente, en un período de perplejidad, el Señor dijo: “Te he dado a mi
siervo, W. C. White, y le daré juicio para que sea tu ayudante. Le
daré habilidad y entendimiento para que proceda sabiamente”.
El Señor me ha dado a otros fieles ayudantes para mi obra.
Muchos de mis discursos han sido comunicados y se los ha impreso
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para presentarlos delante de la gente. A través de casi toda mi larga
experiencia me he esforzado por redactar, día tras día, lo que se
me ha revelado a mí en visiones de la noche. Muchos mensajes de
consejo, reproche y estímulo han sido enviados a individuos y mucho
de la instrucción que he recibido para la iglesia se ha publicado en
revistas y libros, y ha circulado en muchos países...
La obra adelanta constantemente. Estamos haciendo esfuerzos
fervientes para colocar mis escritos ante la gente. Esperamos que
pronto se impriman varios libros nuevos. Si me incapacito para el