Página 71 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

Basic HTML Version

Una explicación de las primeras declaraciones
67
opiniones sobre este punto, vi necesario suprimir ese pasaje. Están
tan lejos de la verdad aquí como en otras conjeturas.
En el año 1844, acepté la doctrina que ahora sostenemos, en cuan-
to a que el alma no es inmortal, como se puede ver por referencias
de
Life Sketches of Ellen G. White, 170, 171, (1880)
;
Testimonies
for the Church 1:39, 40
], y nunca he defendido otra doctrina, ni ver-
[74]
balmente ni por escrito. Si hubiésemos suprimido ese pasaje debido
a su enseñanza de la inmortalidad del alma, hubiéramos encontrado
necesario suprimir otros pasajes.
Al relatar mi primera visión, en la página 13 de
Early Writings
[pp. 17 de la actual edición, que coincide con
Primeros escritos
],
hablo de haber visto a hermanos que poco antes habían dormido en
Jesús, y en la página 14 [actual edición, p. 18 y 19] declaro que se
me mostró a un gran grupo que había sufrido el martirio por la fe.
La inmortalidad del alma no se enseña más en el pasaje “supri-
mido” que en los dos últimos citados.
El caso es que, en estas visiones, fui llevada adelante al tiempo
cuando los santos resucitados serán reunidos en el reino de Dios. De
la misma manera, el juicio, la segunda venida de Cristo, el estable-
cimiento de los santos sobre la tierra nueva han sido presentados
delante de mí. ¿Supone alguno que ya han acaecido esas escenas?
Mis adversarios muestran el espíritu que los mueve al acusarme así
de engaño, basándose en una mera “conjetura”.
Una cita equivocada
En esta cita también se encuentran las palabras: “Vi dos largas
ramas áureas de las cuales colgaban hilos de plata, y en los hilos
había magníficas uvas”.
Mis oponentes ridiculizan “esa expresión débil y pueril de mag-
níficas uvas que crecen en hilos de plata y estos hilos unidos a ramas
áureas”.
¿Qué motivo movió al autor mencionado a citar mal mis pa-
labras? Yo no declaré que las uvas
crecían
en hilos de plata. Lo
que contemplé está descrito tal como me pareció a mí. No se ha de
suponer que las uvas estaban unidas a hilos de plata o ramas áureas,
sino que ésa era la apariencia que presentaban. Expresiones tales son
empleadas diariamente por todos en la conversación común. Cuando
[75]