Una explicación de las primeras declaraciones
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buscaban algún pretexto para acosarlo con preguntas contenciosas.
Estaban determinados a no abandonar su propósito. Bien sabían
que si Jesús continuaba con su obra, muchos creerían en él y los
escribas y fariseos perderían su poder sobre el pueblo. Por lo tanto,
estuvieron dispuestos a rebajarse hasta emplear cualquier medida
vil o despreciable para realizar sus malignas intenciones contra Je-
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sús. Odiaban a los herodianos, y sin embargo se unieron con esos
enemigos inveterados a fin de idear algún plan para deshacerse de
Cristo.
Tal fue el espíritu con el que hicieron frente al Hijo de Dios aque-
llos que él vino a salvar. Cualquiera de los que tratan de obedecer a
Dios y de llevar al mundo el mensaje de su verdad, ¿puede esperar
una recepción más favorable que la que le fue dada a Cristo?
No tengo mala voluntad hacia los que procuran invalidar el men-
saje que Dios ha dado para reprochar, advertir y animar a su pueblo.
Pero, como embajadora de Cristo, debo levantarme en defensa de
la verdad. ¿Quiénes son los que con tanto celo se alistan contra mí?
¿Son los puros y santos hijos de la fe? ¿Han nacido de nuevo? ¿Son
participantes de la naturaleza divina? ¿Aman a Jesús y manifiestan
su espíritu de mansedumbre y humildad? “Por sus frutos los co-
noceréis”.
Mateo 7:20
. ¿Se asemejan a los primeros discípulos o
a aquellos astutos escribas y fariseos que estaban constantemente
vigilando para entrampar a Cristo con sus palabras? Notad el astuto
proceder de esos antiguos opositores de la fe: cómo los doctores,
sacerdotes, escribas y magistrados se combinaban para encontrar
algo contra Aquel que era la luz del mundo.
Y ¿por qué estaban tan decididos a condenar a Cristo? No ama-
ban sus doctrinas y preceptos, y estaban molestos porque veían que
la atención de la gente se volvía hacia Jesús y se apartaba de sus
anteriores dirigentes.
La naturaleza humana es todavía la naturaleza humana. No se
engañen a sí mismos con la creencia de que están prestando un
servicio a Dios los que tratan de estorbar mi camino y destruir la
influencia de mis palabras. Están sirviendo a otro amo, y serán
recompensados de acuerdo con su obra.
La rebelión existirá mientras exista Satanás. Los que son movi-
dos por su espíritu, no discernirán el Espíritu de Dios ni escucharán
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su voz hasta que salga la orden: “El que es injusto, sea injusto to-