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Mensajes Selectos Tomo 1
Otra vez vino la orden: “Mira”. Y otra vez miré fijamente el
mundo, y comencé a ver chorros de luz, como estrellas que puntea-
ban toda esa oscuridad. Y entonces vi que se añadían una luz tras
otra, y así a través de todas esas tinieblas morales aumentaban las
luces semejantes a estrellas. Y el ángel dijo: “Esos son los que creen
en el Señor Jesucristo, y están obedeciendo las palabras de Cristo.
Son la luz del mundo, y si no fuera por esas luces, los juicios de
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Dios caerían inmediatamente sobre los transgresores de la ley de
Dios”. Vi entonces que aumentaba el brillo de esos chorritos de luz,
brillando del este y del oeste, del norte y del sur y alumbrando todo
el mundo.
Ocasionalmente comenzaba a opacarse una de esas luces y otras
se extinguían, y cada vez que ocurría esto, había tristeza y llanto
en el cielo. Y algunas de las luces se hacían más y más brillantes,
y su brillo era muy abarcante y muchas luces más se les añadían.
Entonces había regocijo en el cielo. Vi que los rayos de luz venían
directamente de Jesús para formar esos preciosos chorros de luz
en el mundo. (
Gospel Workers, 378, 379, 1892
.—No están estos
pasajes en las ediciones castellanas de
Obreros evangélicos
).
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